Orpha Barrios (der.) durante la primera audición de la nueva escuela del Washington Ballet en Virginia.
Foto gentileza de Alfredo Duarte Pereira.

Un día, la mamá de una amiga le dijo que había una audición para entrar a la nueva escuela que abriría el Washington Ballet en Alexandria, Virginia. La niña no lo pensó dos veces. Su maestra la apoyó, y Orpha Barrios, con sus 9 años, comenzó a imaginarse la posibilidad de empezar a estudiar ballet. Y llegó el día. A las 11 de la mañana el calor del verano de Washington apretaba. Y más le apretaba su garganta.

Esa mañana la niña se despertó tempranísimo, estaba inquieta, pensando en los pasos de cada uno de los bailes que había preparado para la prueba.

En el Athenaeum de Alexandria, a fines de julio la escuela del Washington Ballet hizo su primera audición para reclutar niños de todas las edades. “Esta es una extensión natural de la escuela”, apunta Septime Webre, director del Washington Ballet y en cierta forma, promotor de esta idea de abrir una sucursal de la escuela del otro lado del río Potomac, que separa la ciudad de Virginia de Washington DC.

“El Athenaeum es un lugar muy especial para los niños, su estructura, el diseño de las aulas es muy atractivo para ellos”, comenta Webre. Kee-Juan-Han, el actual director de la escuela, coincide con él y a su vez comenta que el lugar, con su aire de casona antigua y sus grandes ventanales, le hace recordar los años en que recién empezaba a dar sus primeros pasos en la escuela de Singapur.

Orpha llegó con su mamá. Desde que tenía 3 años había soñado con ser bailarina, pero en Guatepeque, Guatemala, donde vivía con sus padres, todo eso parecía imposible. Sin embargo, el destino cambió su suerte, sus padres emigraron a Estados Unidos en 2003y al año siguiente trajeron a sus hijos. Hasta que un día una maestra de danza le ofreció la posibilidad de darle clases a cambio de que su mamá le limpiara la casa. Y así fue como Orpha comenzó a hacer sus primeros pasos.

“Jamás me imaginé que mi hija iba a llegar al ballet”, comenta emocionada Delia Acabal, la mamá de Orpha, que desde que llegó a Alexandria se dedica a limpiar casas. Orpha es una de las tantas niñas que se presentó a las audiciones para entrar a la nueva escuela de ballet que comienza sus clases el 25 de agosto.

La entidad, fundada por Mary Day y Linda Gardiner en 1944, y que tuvo en sus aulas actrices famosas como Shirley MacLaine, y una larga lista de grandes bailarines, se dedica específicamente a la formación en danza clásica y sirve como “semillero” para el Washington Ballet. La escuela, que en su sede central de Washington DC incorpora cada año cerca de cien alumnos, y en su sede de Anacostia, en el sureste de la ciudad, entraron 300 nuevos estudiantes.

“Siempre tenemos gente que nos dice: ‘queremos tener algo cruzando el río’, y Webre fue el de la idea de contactar al Athenaeum”, comenta Kee-Juan-Han, quien integró varias compañías internacionales de ballet.

En Alexandria, el Washington Ballet desarrolla desde hace varios años programas de extensión cultural que permiten acercar el ballet a la comunidad. La apertura de la nueva es una forma de continuar con los planes de integración planeados por el Washington Ballet. Mientras que el programa de la escuela, que se aplica de igual manera en las distintas sedes, tiene como objetivos hacer crecer la compañía de ballet, formar gente y mantener una relación fluida con la comunidad, en este caso, de Virginia.

“Esta es una comunidad que crece”, apunta Webre. “Y esto significa hacer planes de aquí a 20 años, para que en el futuro tengamos una nueva generación de amantes del ballet”.

Orpha, que descubrió la danza a través la famosa ratoncita Angelina, un dibujo que formó parte de libros de cuentos relacionados con el ballet y que luego ganó la televisión, ya forma parte de esa comunidad que mira hacia el futuro. Ese sábado, en el que la niña hizo la prueba, de la que aún no se sabe si quedó seleccionada, le dijo a su mamá: “estoy muy feliz de estar en un estudio grande. Y tenemos que ver cómo vamos a hacer para poder llegar hasta allá cuando tenga que tomar clases”.

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