Tania Vergara

Alta, trigueña y espigada, con una personalidad segura de lo que busca en su profesión, es la joven autora de la obra “A los confines de la tierra”, ganadora del premio único del concurso de coreografía CIC 2008, que anualmente auspicia la Sociedad General de Autores y Escritores de España (SGAE). Tania Vergara recibió su premio de manos de Alicia Alonso, sobre el escenario del García Lorca y bajo las aclamaciones de un público que desbordaba las capacidades del Gran Teatro de La Habana, en una de los programas del XXI Festival internacional de ballet.

Acerca de la escogencia del tema, sobre la emigración gallega a Cuba, Vervara revela su urgencia creativa. “Sin duda, fue la evidente fuerte presencia de estos emigrantes entre nosotros, y la impronta cultural que sigue vigente y vital en múltiples campos de la vida cotidiana en todo el archipiélago, toca lo local y la universalidad de un problema actual, pero motivada principalmente por la música de una excelente agrupación de Galicia, Luar lo Nobre”, dijo la coreógrafa.

Hubo pequeños obstáculos que vencer para comenzar el trabajo, primeramente conseguir el permiso de la SGAE para utilizar esta música, añade la coreógrafa: “me gustó mucho por su entrega tímbrica, además porque va del júbilo a la añoranza, con mucha de las tradiciones celtas”. El grupo tiene una gran demanda de contratos en el mundo entero, han cantado en el Vaticano, en varios países árabes e incluso en Israel, entre otros. Otra de las limitaciones fue la del tiempo para ensayar con los bailarines seleccionados, pues debían bailar en varios programas del festival, con reposiciones y estrenos.

En cuanto al lenguaje coreográfico, ahora con bailarines de formación académica, Tania Vergara explica que no utilizó el que habitualmente trabaja con su conjunto ENDEDANS. “Con ellos –dijo‑ es más gestual, más contemporáneo, pero con los de Alonso me inclino más a lo neoclásico con variados matices rítmicos, acompañados con los movimientos corporales, a ‘contretemps’”.

El Ballet Nacional de Cuba apoyó a que la producción lograra los efectos visuales requeridos. Sin embargo, la falta de tiempo de preparación previa ha golpeado mucho en el perfeccionamiento. “La segunda escena de la pieza ‑comentó la laureada del CIC‑, es muy difícil, pues debemos lograr la imagen plástica de la invisibilidad de los bailarines, cuando los partenaires masculinos (ocultos tras enormes telas verticales) hacen cargadas con sus contrapartes femeninas visibles al auditorio”.

“El elenco con el que trabajé lo integraban muy buenos bailarines ‑afirmó con satisfacción‑, ávidos de probarse en nuevas propuestas, lo que facilitó el entendimiento de mi discurso estético-danzario y el de su formación balletística. Son bailarines con fogueo ya que previamente trabajaron con otros coreógrafos de la línea contemporánea, y muy disciplinados, hasta permanecen ensayando aún cuando el horario de ensayos concluyó”.

Para Vergara, lo más importante de esta experiencia no ha sido el premio metálico, ni el trofeo con diploma, “que me honra”, sino el ver su obra por el BNC, “esto ha sido lo más gratificante para mí”.

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