El musical de los musicales, “West Side Story”, cierra el ciclo de giras que comenzó en 2008 con la reposición de la primera versión que se estrenó en 1957. Desde el 3 al 8 de junio, en el mismo escenario donde se presentó en su lanzamiento, el National Theatre, de Washington DC, este drama musical hará su despedida en esta ciudad.
Cuando en agosto del ‘57 “West Side Story” hizo su estreno mundial en la capital de los Estados Unidos, los grandes nombres de la política de entonces formaron parte del público privilegiado que presenciaba este hecho histórico. La música de Leonard Bernstein, la coreografía de Jerome Robbins, las canciones de Stephen Sondheim y el libro de Arthur Laurents se convirtieron en un éxito que arrasaba la taquilla.
Washington fue, entonces, el primer desafío para esta obra que luego, tal como lo dijo Robbins, fue “el musical estadounidense por excelencia”. Las canciones de Bernstein y Sondheim se hicieron famosas en la historia de Broadway, y “Something’s Coming”, “Tonight”, “America”, “I Feel Pretty” y “Somewhere”, aún hoy son clásicos insuperables.
En Broadway, “West Side Story” tuvo a Chita Rivera, una hija de puertorriqueños, en el rol de Anita. Y fue la primera vez que se escuchó un mambo en escena. La versión actual, con dirección de David Saint, tiene a otra puertorriqueña encarnando a Anita: Michelle Alves, que trabajó en “Rent”, “Hair”, “Nine”, “Hairspray”, “Chicago” y “Dirty Dancing 2″, entre otras.
“Este musical todavía tiene vigencia en todo el mundo porque los problemas sociales que aparecen en la historia están pasando ahora mismo —remarcó Alves—. El racismo, la inmigración, la discriminación, están vigentes hoy”.
Después del primer estreno en Broadway, en septiembre del ’57, el suceso fue tal, que en 1962 la obra llegó al cine protagonizada por Natalie Wood en el rol de María, y la puertorriqueña Rita Moreno encarnó a Anita. Conocido como “Amor sin barreras” en América latina, el film, dirigido por Robert Wise y Robbins, tuvo a Richard Beymer, George Chakiris y Russ Tamblyn en los papeles masculinos principales.
Y ganó diez Oscars: mejor película, mejor director, mejor actor de reparto (George Chakiris), mejor actriz de reparto (Rita Moreno), mejor dirección artística, mejor música, mejor fotografía, mejor sonido, mejor vestuario, y mejor montaje, y además fue candidata al mejor guión adaptado.
La trama era y es un tema de actualidad, inspirado en “Romeo y Julieta”, de Shakespeare. Y pone en escena conflictos raciales candentes: discriminación y resentimiento social. En Nueva York, dos bandas de jóvenes, los Sharks, inmigrantes puertorriqueños, y los Jets, estadounidenses de origen irlandés, se enfrentan continuamente. No obstante, dos jóvenes, María, hermana del jefe de la pandilla puertorriqueña, y Tony, un ex miembro de los Jets, se enamoran. Y la sucesión de rencillas callejeras termina con la muerte de uno de los enamorados.
La reposición coreográfica del original de Robbins es de Joey McKneely (“The Boy from Oz” y “The Life”). “La coreografía es un desafío —apuntó Alves—. En los primeros tiempos terminaba extenuada y me faltaba el aire. La forma en que Jerry (Robbins) hacía sus trabajos es extremadamente difícil y compleja. Pero es una bendición poder bailar la coreografía de uno de los grandes creadores de este país”.
Desde niña Alves empezó a bailar, y a los 16, salió de su país en giras. Trabajó para diferentes artistas, y hace tres años decidió instalarse definitivamente en Nueva York. Cuando la contrataron, confesó que dejó de ver los videos de “West Side Story” porque buscó crear su propia Anita. Alves lleva representadas 450 funciones en este rol.
Con un elenco que va cambiando casi todos los años, esta “remake” tiene la particularidad de que sus protagonistas han incorporado el español como parte de sus modismos y diálogos. Laurents en varias entrevistas mencionó que su principal objetivo con el uso del español fue que las pandillas de los Jets y los Sharks quedaran al mismo nivel, que se vieran las dos como “los malos” y que los puertorriqueños tuvieran una presencia diferente a la original del primer musical.
El encargado de adaptar los ritmos y las letras de las canciones de esta reposición fue un hijo de puertorriqueños, el compositor Lin-Manuel Miranda, ganador de un premio Tony y creador de “In the Heights”, un éxito de Broadway basado en los conflictos entre vecinos dominicanos y puertorriqueños en un barrio de Manhattan.
La primera María de esta “remake” estrenada en 2008 fue la argentina Josefina Scaglione, a quien Laurents encontró en un video de YouTube, luego de una infructuosa búsqueda en numerosas audiciones en Nueva York, Los Ángeles y Chicago.