El talento y el esfuerzo mancomunados dieron éxito al remontaje de “La bella durmiente del bosque”, ballet clásico-académico de Marius Petipa, con música de Piotr Ilich Tchaicovsky basado en el cuento de Charles Perrault.
El coreógrafo, que también dirige a la Compañía del Teatro Argentino de La Plata, Mario Galizzi, presentó así un elenco en notable estado físico, muy bien preparado que respondió a las enseñanzas de los colaboradores (Cecilia Mengelle, conoce perfectamente la versión montada por tratarse de la concebida por Galizzi en 1990 para el Teatro Colón, la cual reconoce algunas variantes tendientes a acortar la obra).
Con tal preparación aparecieron detalles de la pantomima de 1890 sobre todo de la malévola Carabosse quejándose del agravio inferido, y las interpretaciones en el bautismo de Aurora, sobre todo del matrimonio real.
Galizzi se basa en los surcos y sendas marcados por Marius Petipa en Rusia hacia fines del siglo decimonónico. Petipa dio majestuosidad a su extenso ballet y Enrico Cecchetti (el artista italiano que tanto trabajó y colaboró con Petipa) introdujo al Pájaro Azul haciendo de este pas-de-deux uno de los momentos más expectantes.
Galizzi abrevió el último acto, así como los dos anteriores, y dio énfasis y dramatismo al sortilegio y desgraciado uso de la aguja, conducentes al legendario sueño.
El Adagio de la Rosa conserva brillo propio así como la visión de la adormecida cuando el Hada Lila le propone final feliz.
De fina figura, piernas delgadas y altas posiciones Ludmila Pagliero actuó contenida su expresión y con maestría bailó el Grand Pas de Deux junto a Florimond. Logró allí el perfecto“poisson” para culminar su actuación junto a Yann Chailloux, de estatura superior a la media, y buen manejo de partenaire. Integrante del elenco de l’Opéra, rescata toda la “noblesse” tradicional de escuela francesa y alto nivel técnico, a lo largo de su actuación.
El Hada Lila de Paula García Brunelli tuvo personal y refinada interpretación y Aldana Bidegaray destacó el envidioso resentimiento y las malevolencias de Carabosse.
Virtuoso Esteban Schenone como extraordinario Pájaro Azul (el público recién se ha dado cuenta de que se trata de un bailarín excepcional) y graciosa acompañante (Princesa Florisse) fue Elizabeth Antúnez.
En general, actuaciones muy satisfactorias del elenco, lo que ha gratificado a Galizzi, quien en este momento y hasta mediados de julio permanecerá trabajando en la ciudad de Búfalo (EE.UU.). Allí se encuentra radicado y trabajando para el ballet el hijo de uno de los más famosos bailarines argentinos: José Neglia.
Finalmente, el acto denominado “Las Bodas”, divertissement brillante que enalteció Nahuel Prozzi bien noble. Graciosas Mariela Milano y Paula Elizondo (oro, amatista y diamante). Lujoso el vestuario de la producción propia, la escenografía de A. Tavitto imponente en palacio, con iluminación de Alberto Lemme.
La Orquesta comenzó muy bien con Diego Censabella, quien promete mucho como estudioso de la música del ballet remontado y es un joven inquieto y capaz. No obstante su fuerte dirección, la Orquesta Estable desafinó por breves segundos en tres o cuatro oportunidades.
Es necesario informar cómo se condujo el director-coreógrafo Galizzi quien ingresó al Teatro Argentino a las 8 de la mañana –en el día del estreno– y no paró de trabajar, la mayor parte de sus detallistas esfuerzos centrados en la iluminación de “La Bella…”
A la finalización –agotado– no salió a saludar por no estar en las condiciones físicas que él deseaba para tan trascendente momento.
Espectacular. Gracias por la nota.
Pagliero is not a ” ballerina” , Pagliero is just a dancer
Not a lot of people trust in her in Paris
Just technique
anyway she is dancing as she can