Al entrar al escenario del Eisenhower Theater del Kennedy Center, un despliegue de luces, cables, estructuras de metal y pantallas deslumbran y despiertan un cierto misterio. Algo así como entrar a un laboratorio de experimentación o a un recinto propio de la ciencia ficción. Así comienza un viaje de 90 minutos en donde la música, el humor, la ternura, la candidez y la tecnología se dan la mano. Tres hombres con las cabezas pintadas de azul cobalto surgen en la escena y provocan una explosión de sonidos y colores a medida que la percusión va dominando la escena con un ritmo fascinante.
Blue Man Group, este ensamble itinerante gestado por tres amigos, Chris Wink, Phil Stanton y Matt Goldman, en 1991 tomó entidad propia en los teatros del off Broadway en Nueva York. El grupo, que en 2017 pasó a ser parte de la compañía Cirque du Soleil, juega con la sorpresa y con cierto suspenso. Ha encontrado, sin duda, el lenguaje que hoy predomina como elemento familiar. La actuación sin palabras, las imágenes, el juego, son parte de este show que también apela a la participación del público.
Casi como niños que hacen una travesura en la casa de mamá, estos hombres azules desparraman galones de pintura luminosa de colores en una desopilante combinación visual y sonora. Por momentos, bajan a la platea, escogen un par de espectadores para que suban a escena y jueguen con ellos, y de esa forma van transitando distintas etapas y circunstancias que se convierten en una observación de las conductas humanas.
Blue Man Group alienta al público a reconectarse con el niño interior y ofrece una perspectiva diferente. Más de 35 millones de personas en todo el mundo han experimentado este fenómeno de Blue Man Group que apunta a todas las edades en un espectáculo que se actualiza continuamente. Con nueva música, diferentes secuencias, instrumentos musicales no convencionales y personalizados, y tecnología van tejiendo y destejiendo historias breves.
Lo que sí queda claro en este deambular por diferentes episodios y situaciones es que los integrantes del grupo logran manejar episodios diferentes con absoluta destreza. Aquí convergen sus habilidades como actores, bailarines, músicos, mimos y comediantes. La música en vivo interpretada tanto por el grupo como por una banda en el escenario y el aporte de la tecnología que, en ciertas ocasiones se utiliza sólo como soporte escenográfico, logran un impacto visual atractivo. De la misma manera que los videos que surgen en forma simultánea a la interacción con el público. Cada uno de estos elementos crean una atmósfera, por momentos, mágica.
Blue Man Group, propone una experiencia sensorial, quizás ajenas a las reglas convencionales del teatro tradicional.