Una pantalla rectangular en el centro del espacio. Una línea vertical recorre la pantalla de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. Cada vez que barre la pantalla deja un hueco profundo donde aparece una mujer con simple vestido corto, negro moviéndose. La línea la borra.
La dupla formada por Francisca Sazie y diseñador audiovisual Cristian Reyes logra, en la obra “Sin testear”, llevan al espectador a un mundo virtual en el que se funde lo real y lo imaginario, utilizando una secuencia de imágenes que no dejan reposo para el asombro.
La versión ahora presentada en el Festival Santiago a Mil, en el Centro Gabriela Mistral, GAM, a pesar de mantener el concepto y la estructura que se vio en su estreno en el III Festival de Danza Movimiento 6, ha crecido en extensión. Esto es algo que puede resultar difícil de llevar a buen término en un trabajo de ya, tan minucioso.
La próxima etapa será en Brasil del 25 de abril al 1 de mayo para el VIII Forum Internacional de Danza con funciones en Sao Jose do Rio Preto y Sao Paulo, la cuarta etapa será de regreso en Santiago en el mes de octubre nuevamente en el GAM.
Como una “investigación de lo que sucede fuera de campo”, la protagonista aparece y desaparece de nuestra vista gracias al juego de proyecciones que convierten la pantalla en una caja, en un cuarto, en un paisaje o en un ambiente mágico y poético.
Aparece un segundo personaje haciendo un guiño a los cuentos, como oso de caricatura, cantando un bolero como seductor inesperado.
Ella aparece dentro de un cuarto-cocina, con ventana al afuera. Luego aparece el afuera-paisaje donde otra versión de ella misma mira a lo lejos la casa a la que pertenece el cuarto-cocina. Un juego de adentro y afuera, de distancia y cercanía se va sucediendo dentro de la pantalla, que a su vez encierra a los personajes reales.
Todo está realizado con precisión, meticulosamente. Los cambios de espacio y tiempo dejan lugar para que al espectador le llegue el turno de llenarlo con su fantasía.
Francisca Sazie es la intérprete y comparte la dirección con Cristian Reyes. Interviene como oso-cantor Patricio Pinto, quien también es el compositor de la música de la obra.
Las nuevas imágenes y el nuevo personaje incorporado, que parecería fuera de contexto, añaden un toque humorístico y más encanto a esta admirable puesta en escena que recrea, en parte, la versión original.