Del 14 al 17 de septiembre el Festival Timbalaye se ha desarrollado por segunda ocasión desde las plataformas digitales oficiales, teniendo en cuenta las limitaciones sanitarias impuestas por las autoridades cubanas ante la propagación pandémica de la Covid 19, con la presencia artística en un centenar de países y más de 50 mil usuarios registrados hasta el epílogo del 17, con un brillante espectáculo de clausura.
Bajo el lema “Conciencia de mis orígenes” y a ritmo de rumba, el evento transcurrió durante cuatro días, en tres sesiones, a través del canal oficial de YouTube del Ministerio cubano de cultura, el canal Clave (con programaciones exclusivamente musicales) y la recientemente creada plataforma Streaming Cuba.
Esta decimotercera edición constituyó una oportunidad espléndida para exaltar la vigencia de la rumba en la escena cultural del archipiélago caribeño, así como el medio perfecto para enviar la señal de su continuidad, con el objetivo de ejecutar acciones de resiliencia para la preservación de este género, inscrito desde 2016 en la lista representativa del Patrimonio inmaterial de la Humanidad, de UNESCO.
La intensa programación de conciertos y cónclaves teóricos estuvo protagonizada por eminentes defensores y exponentes de esta manifestación cultural en la Mayor de las Antillas y otras naciones vecinas, y ha trascendido con alto impacto en Estados Unidos, Italia, México y España, según ha manifestado en su perfil de Twitter Alexis Triana, jefe de comunicaciones del Mincult.
Dentro de la agenda del encuentro se destacaron las actuaciones de Rumbalay; el grupo portador Obbá Koso; el Conjunto Folclórico Infantil de Cienfuegos; los Muñequitos de Matanzas (ganadores de varios Grammy); Rumbatá y el afamado “performer” Pedro Celestino Fariñas, conocido popularmente como el Príncipe de la Diana.
Igualmente, intervinieron en las presentaciones el Proyecto Team Cuba de la Rumba, que visibilizó la obra de las mujeres dentro de un género mayoritariamente machista, de la mano de conjuntos como Afroamérica, Thelmary y Habana Sana (triunfadores en el Kennedy Center), Brenda Navarrete, el grupo portador Tumba Francesa; los Bejucos y Obini Batá (único grupo profesional de percusionistas femeninos).
Además de dedicarse a salvaguardar estas expresiones artísticas, el festival fomenta la integración cultural entre los miembros de las comunidades urbanas y sus portadores de la rumba, fieles al legado africano “identitario” de la nación cubana. Timbalaye es un vocablo que pertenece al Oráculo de Ifá (sistemas adivinatorios), de la comunidad religiosa yoruba originaria de Nigeria, y en nuestra lengua significa: firmeza y seguridad.
El evento ha sido organizado por Akokan, un proyecto de desarrollo comunitario creado en el deprimido barrio habanero de Los Pocitos. Su presidente es el bailarín y coreógrafo Ulises Mora, residente en Italia, quien recibió recientemente el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Latinoamericana de México, distinción entregada por el Claustro Doctoral Iberoamericano conformado por 21 países.