Después de más de un año sin timón, sumido en escándalos legales y laborales, el New York City Ballet (NYCB) abrió sus funciones en el Opera House del Kennedy Center de Washington DC en una forma inusual. Los dos flamantes directores y ex bailarines de la compañía fundada por George Balanchine y Lincoln Kirstein en 1948, salieron a escena a modo de presentación oficial y con la intención de asegurar que la troupe no perdería su rumbo.
En esta nueva etapa, liderada por Jonathan Stafford como director artístico y Wendy Whelan como directora artística asociada, los dos programas mixtos que presentaron desde el 2 hasta el 7 de abril, trajeron a escena un potpurrí en el que se mezclaron obras históricas y nuevas piezas de jóvenes coreógrafos que armaron un interesante caleidoscopio.
La primera noche comenzó con una propuesta juvenil, atractiva, dinámica, con elementos de danza jazz, de la coreógrafa Gianna Reisen, quien compuso esta pieza a los 18 años, cuando recién salía de la School of American Ballet hace apenas dos años. “Composer’s Holiday” con música de Lukas Fosses, es interesante y fresca, con una estructura clara y definida, bella y delicada, en la que los bailarines pueden lucirse tanto en grupo como individualmente. La interpretación en violín de Arturo Delmoni y de SusanWalters en piano, la pieza adquiere una magnífica armonía.
A la frescura de “Composer’s Holiday” se sumó “Kammermusik No. 2”, de George Balanchine, una obra que requiere gran velocidad y precisión, con una estructura compleja, en la que dos parejas y ocho bailarines transitan por intrincados pas de deux, duetos y dinámicas grupales. Esta obra de 1978 tuvo como protagonistas femeninas a Teresa Reichlen y a Abi Stafford, ambas ligeramente descoordinadas por momentos, y a un cuerpo de baile compacto.
También de Balanchine, y para cerrar el programa, una marca registrada: “Symphony in C”, creación que, a pesar del paso del tiempo sigue impoluta y en todo su esplendor. No obstante, el cuerpo de baile femenino mostró ciertas desprolijidades e imprecisiones sutiles. En tanto, las bailarinas principales, Ashley Bouder, en el primer movimiento, junto a Tyler Angle como partenaire, y Sara Mearns, en el segundo, con Jared Angle, así como las dos parejas que protagonizaron el tercer y cuarto movimiento, Baily Jones y Anthony Huxley, y Erica Pereira y Andrew Scordato, tuvieron un espléndido desempeño. Precisas y ajustadas en tiempo y estilo.
Pero sin embargo, el NYCB se mostró con su verdadera identidad y personalidad en “Opus 19/The Dreamer”, de Jerome Robbins, con una pareja protagónica de lujo, Sterling Hyltin y el magnífico Gonzalo García, un bailarín que logra encontrar el tono justo en cada una de sus interpretaciones, excelente partenaire y de un talento muy especial.
Robbins incluye en esta obra, estrenada por primera vez en 1979, ciertas reminiscencias eslavas de su origen, y la convierte en una especie de delicada joya en la que los bailarines principales y cuerpo de baile entablan un diálogo delicado y sutil, intenso y con bellas imágenes
Robbins también protagonista del segundo programa, cuya tercera parte fue una suerte de homenaje al este multifacético coreógrafo que marcó la historia de la danza del siglo XX y ha servido de simiente para los nuevos realizadores.
“Easy”, obra de Justin Peck, creada en 2018, es un divertimento en el que los bailarines, con zapatillas y colorida ropa de calle, juegan con los movimientos. La pregunta sería, dónde está la sustancia. En el telón de fondo se proyecta un interrogante: “Who is the boss in a concerto, the soloist or the conductor?” Pero no hay respuesta.
Luego de una pausa, otro clásico de Robbins, “In the Night”, creación de una belleza sublime en una serie de duetos conmovedores. Sin duda, lo mejor de ese segundo programa donde el coreógrafo Kyle Abraham, tuvo su protagonismo en “The Runaway”, una obra donde predomina el lenguaje contemporáneo, con vocabulario de hip hop y “street dance”.
Al comenzar la tercera parte del programa, la imagen de Jerome Robbins vuelve a dominar la escena en “Something to Dance About”, y una sucesión de fragmentos de sus musicales más famosos para celebrar los cien años de su nacimiento. Bello final que apunta a la nostalgia.