El arte como vía para promover la cultura de paz ante un país herido por la violencia, detonó en Laura Ríos, directora de Laboratorio Somático Escénico, el interés por crear una pieza que dialogue entre el territorio de la ficción y la realidad, concibiendo al cuerpo como territorio de la ternura.
La puesta escénica “Geografías de la fe” es un ritual escénico de la vida y la muerte que surge de cuestionamientos internos que se hizo la propia artista: ¿qué hacer ante esa violencia que parece estar incrustada en nuestra sociedad? ¿Tenemos que buscar otros lugares donde vivir? ¿Qué es violencia? ¿Por qué la violencia? ¿Para qué?
El montaje tendrá funciones el viernes 15, sábado 16 y domingo 17 de febrero, a las 18:00 horas, en el foro La Caja de la Ex Esmeralda, ubicada en la calle de San Fernando 14, colonia Guerrero.
Laura Ríos -quien comenzó a desarrollar su trabajo artístico en los años noventa en el contexto de un arte híbrido y una transmutación que va de la instalación al videoarte y al performance-, comenta que su propuesta tiene como antecedente una colaboración que tuvo con el dramaturgo y “performer” holandés Robert Steijn en torno a la muerte, ya que es un tema que siempre le ha interesado.
Dicho lazo profesional, sumado a la preocupación de Ríos por la ola de desparecidos y muertos en México, además del tratamiento que los medios de comunicación le han dado al asunto, la llevaron a crear “Geografías de la fe”.
A través de esta obra -explicó la autora-, el espectador es confrontado con su propia vulnerabilidad con la intención de juntar pedazos de cuerpos, de detallar las geografías de la fe, de hacerlas visibles, de buscar los huecos, los vacíos, las hendiduras. Un rollo de papel se extiende como una pasarela en la que aparece un cuerpo real, sueños, piedras, testimonios de sobrevivientes a la guerra, víctimas de la violencia en México, una pasarela donde la ejecutante, junto con los espectadores, van conformando un mapa de vida y muerte.
Sobre lo que busca detonar en el espectador, la también directora del Laboratorio Somático Escénico expuso: “el espectador no sólo mira, todos sus sentidos se hacen presentes, explora al cuerpo como territorio de la ternura, activa la memoria a través de acciones sobre el papel. El mensaje es explícito, directo”.
Ríos, cuyo trabajo está influenciado por Nancy Topf y la danza posmoderna, se muestra satisfecha de los resultados escénicos de su pieza porque, al ser una artista experimental, ha tomado al cuerpo como eje, explorándolo como frontera y como canal que detona la experiencia.
En “Geografías de la fe” la creadora mantiene la voz en un mismo tono y al cuerpo en un estado alterado de conciencia en continua permeabilidad con el espacio, propiciando silencios y huecos para ser habitados por la acción del espectador. Ofrece condiciones para generar experiencias a través de paisajes y ambientes emocionales generados a partir de estados de presencia, voz, silencios y contacto físico. Este último ha sido un elemento presente en sus creaciones. Ella cree que el contacto físico con el espectador derrumba prejuicios, activa sentidos y expande la percepción ampliando las posibilidades de lectura.
Finalmente, quien ha sido practicante de TAZ y Topf explica que, si bien durante muchos años colaboró con artistas visuales y sonoros haciendo uso de circuitos cerrados, proyecciones de video y arte sonoro, ahora quiso que en este montaje el cuerpo, la voz, el silencio, fueran los soportes principales.