Crear poesía con su danza. Esa siempre ha sido la filosofía de la compañía Eterno Caracol. Por ello, ha reunido algunas piezas de su repertorio para crear un programa introspectivo donde las características de dos elementos de la naturaleza crearán atmósferas contrastantes, los cuales ayudarán a reflexionar ante la pérdida, el cambio y la transformación.
“Aliento de Viento y Agua” es el nombre del programa que interpretará en el Teatro de la Danza Guillermina Bravo del Centro Cultural del Bosque el miércoles 28 y jueves 29 de noviembre, 20:00 horas, así como domingo 2 de diciembre, 18:00 horas.
La maestra Ester Lopezllera Lavalle, directora de la agrupación, explicó que esta recopilación escénica es un reconocimiento a que todo termina y que constantemente se vive en un duelo: “Quien toma consciencia de esto vive más en paz; como en la profundidad del mar o en el inmenso desierto de dunas que se transmuta por el viento. Es conectarse con el aire que se exhala e inhala, recobrando el aliento, recobrando la esperanza”.
Lopezllera -quien estudió en la Escuela Nacional de Danza Contemporánea, de Sistema Nacional para la Enseñanza Profesional de la Danza y formó parte de Ballet Independiente y del grupo Delfos-, comentó que las metáforas que surgen de estos elementos de la naturaleza siempre han estado muy presentes en su quehacer artístico y representan atmósferas antagónicas, pero que en la magia donde los opuestos se atraen es imprescindible que exista esta dualidad para que se genere el movimiento y el desarrollo.
“Presentamos pues, un programa intimista con obras de repertorio que hablan de una intensa búsqueda, teniendo como elemento de unión la dualidad aire-agua que sirve como pretexto sensorial, memorioso y emotivo perfecto para ir encontrando las posibilidades expresivas dadas por y en nuestro cuerpo para crear un lenguaje poético, con la magia de la verdad del artista que se descubre humano en el viaje introspectivo con el uno y el todo”.
Las piezas que integran este programa son: “El Sonido del Polvo” (La Nostalgia del Adiós), “A Profundidad” (Fragmento), “La Tierra: Lo Receptivo”, “Para una Oración” e “Invierno”.
Sobre la reacción que busca en el público, Lopezllera simplemente reiteró que busca conectar al espectador con sus sentires y sus emociones: “Quiero que la gente se conmueva y reflexione en un ambiente de introspección”.
La coreógrafa -que ha bailado la obra de grandes coreógrafos como Anna Sokolow y Raúl Flores Canelo y ha recibido diferentes estímulos, reconocimientos y becas de varias instituciones- se dice satisfecha con el diseño de este programa, ya que su danza siempre ha sido honesta: “Hay una búsqueda que viene desde el corazón, hacer sentir y lograr tener un fuerte vínculo con las emociones a través de la magia de la danza. Las piezas que reúno en este programa son piezas muy hermosas estéticamente hablando, son obras muy plásticas, con un gran juego de composición, pero también son piezas muy profundas que invitan a la introspección y a la fuerte conexión con las emociones”.