“No estamos preparados para tener aquellas cosas que anhelamos. No estamos preparados para irnos tan lejos y no pensar en regresar. Ni estamos tan locos para admitir que sí lo estamos. Cuidado con respirar, pensar, amar y vivir, porque se nos puede cumplir”.
Esas y más tesis son las que dan vida a la pieza “Ten cuidado con lo que deseas”, un montaje de gran formato que se estrenará en el Palacio de Bellas Artes el jueves 19 de julio, a las 20:00 horas, en el marco de la Temporada de Danza 2018.
Se trata de una vanguardista coreografía creada por el bailarín, coreógrafo y maestro Francisco Córdova, quien está calificado en las escenas europea y mexicana como uno de los bailarines más representativos de la nueva danza contemporánea. Además, es uno de los pedagogos más solicitados, ya que ha compartido su experiencia en compañías, festivales y centros artísticos internacionales en Europa, Asia y América Latina. Y ha sido acreedor a diversos reconocimientos, residencias y subvenciones artísticas en países latinoaméricanos y en Europa.
La pieza, que será interpretada por su compañía Physical Momentum >scenic action, es una propuesta escénica que expresa y habita la arquitectura de un infierno contemporáneo. Córdova explicó que tomó como referencia diversos referentes del infierno y desde una mirada personal, en su montaje se germinan diversos paisajes fronterizos de un abismo acompañado.
“Tuve diversas y amplias referencias literarias que me ayudaron a focalizar y descubrir el infierno, desde una mirada arquitectónica. Dante, William Blake, Otilio Flores, Hans Urs Von Balthasar, Italo Calvino, entre otros”, dijo el mexicano, quien tiene dos maestrías, una de Estudios Teatrales y Dirección Escénica por el Institut del Teatre (IT), y otra en Iluminación Escénica por Mater-D en Barcelona, España.
Al preguntarle cuál fue su primera referencia sobre el infierno y su postura frente a esa creencia, respondió:
“Primariamente conocí el infierno desde una idea religiosa, así como esa idea de tener un castigo eterno por lo que haces en vida y que todos lo crean. Sin embargo, mi interés siempre fue descubrir y modificar el lugar que siempre ha sido dibujado de la misma forma. Después de leer sobre las imágenes sobre el infierno comencé a imaginar mi propio infierno y no era tan terrible. Me interesó germinar la idea desde una perspectiva arquitectónica de cómo es ese lugar. Un lugar que no es terrible por lo que uno ha hecho, si no por el dónde estamos y que habitamos”.
En la pieza “Ten cuidado con lo que deseas” el creador recurrió a una gran escenografía (de la autoría de Fernando Feres) que simula muros como metáforas de nuestro deseo, obstáculos continuos hacia ningún lugar en un terrible episodio de sinrazones y pérdidas infinitas: “Las fronteras son humanas y los muros nuestros miedos. Fronteras entre nosotros y nuestros deseos que nos permiten seguir fallando y esperando alguna eterna salida”, dijo el creador, quien realizó estudios en Montreal, Canadá con la Compañía Le Jeune Ballet du Québec (JBQ), y en New York, Estado Unidos, con el Ballet Hispánico (BH).
¿En qué momento pensaste que tu inquietud sobre este tema tenía que ser plasmada en tu danza? ¿Pasó algo en tu vida personal que detonara esa necesidad creativa? “Siempre he tenido la necesidad de encontrar las poéticas de lo amargo, lo crudo y lo terrible. Hablar del infierno es hablar del día a día. No tuve ninguna experiencia concreta en mi vida que me llevara a decidir hablar de esto. Siempre busco exponer la belleza de lo obscuro, de lo cruel o de lo que nos parece desagradable”, señaló el también director del Festival Internacional ATLAS y director del programa-plataforma de entrenamiento Técnicas de Movimiento (TDM) en México y Barcelona.
Córdova no cree que el tema del infierno tenga que se analizado de cierta manera en nuestra actualidad. Más bien cree que todos tenemos la oportunidad de relacionarnos con las múltiples realidades y los infinitos imaginarios: “El hombre ha creado el infierno debido a sus anhelos. A partir de este concepto, el deseo es visto como síntoma humano, como una idea y un constante desplazamiento hacia la terrible nada. Somos seres que pretenden lo infinito, lo que es peor que cualquier castigo. En este sentido, no hay nada más humano que la condena a habitar nuestros pensamientos”.
¿Hasta dónde realmente le sugieres al espectador que tenga cuidado de lo que desea? “Hay una frase que abrevia un poderoso código y que fue medular y eje creativo en esta coreografía. Es una frase que está en el libro “Las ciudades invisibles” de Italo Calvino. La comparto: ’Uno, es aquel que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizajes continuos: buscar y saber reconocer quien y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar y darle espacio’”.
En ese sentido, el coreógrafo finalizó diciendo que el consejo siempre será tan amplio y abierto a cualquier interpretación.