Una campesina, en una aldea de la Renania medieval se enamora de un joven que esconde su linaje. Celos, decepción, mentiras y muerte, se combinan en esta historia plena de mitos y mensajes morales. “Giselle”, ballet basado en la obra “De l’Allemagne” (1835), del poeta alemán Heinrich Heine, narra la historia de esta joven que, tras una decepción amorosa, enloquece y muere, para convertirse luego en un ser sobrenatural capaz de ejercer el perdón y la misericordia.
El Mariinsky Ballet, en su gira por los Estados Unidos, trae al Kennedy Center de DC este ballet en dos actos con música de Adolphe Adam, coreografía de Jules Perrot y Jean Coralli sobre la que se basó Marius Petipa, y libreto de Théophile Gautier y Jules-Henri Vernoy. La obra se presentará en el Opera House desde el 8 al 13 de febrero.
El Ballet Mariinsky, actualmente dirigido por Valery Gergeiv, tiene su sede en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo, y es una de las más reconocidas compañías en la historia del ballet. En sus comienzos fue el Ballet Imperial Mariinsky hasta principios del siglo XX. Después del asesinato de Serguei Kirov, un destacado político bolchevique que murió asesinado en 1934, adquirió el nombre de Ballet Kirov. Pero retomó su nombre original después de la caída del comunismo.
Su coreógrafo principal, Marius Petipa, que asumió el rol de ballet master a partir de 1869, escenificó la mayoría de las obras esenciales del ballet clásico, así como también realizó las revisiones de “Giselle”, “El lago de los cisnes”, “Le Corsaire” y otros. También creó ballets originales: “Raymonda”, “El cascanueces”, “La bayadera”, “Don Quixote”, “Harlequinade” y “La bella durmiente del bosque”.
Durante el siglo XX, y en la era soviética la compañía creció en fama y popularidad internacional y fue considerada por el gobierno como un elemento para vender la imagen del comunismo en el exterior.
Después de la Revolución de Octubre de 1917, la maestra de ballet Agrippina Vaganova determinó continuar las tradiciones y métodos del Ballet Imperial Ruso. Su obra permitió el trabajo preliminar para la formación y desarrollo del ballet clásico en el mundo.
La Escuela de Coreografía del Ballet Mariinsky, la Escuela Vaganova, preparó muchas de los más grandes bailarines en la historia: Avdotia Istomina, Paul Gerdt, Olga Preobrazhénskaya, Mathilde Kschessinska, Anna Pávlova, Tamara Karsavina, Olga Spesívtseva, Vátslav Nizhinski, George Balanchine, Lydia Lopokova, Galina Ulánova, Marina Semenova, Yury Grigorovich, Natalia Makarova, Rudolf Nuréyev, Yuri Soloviev y Mijaíl Barýshnikov.