Danza Contemporánea de Cuba

Un buen principio de temporada

En la temporada de marzo 2025 en la sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba la compañía dirigida por Miguel Iglesias estrenó “Purple fools” de Mauro de Candia. Se sumó al programa “Súlkary”, reconstruida por el maestro y bailarín Yoerlis Brunet, con asesoría de Luz María Collazo.

Deja un comentario Por () | 24/03/2025

El estreno de “Purple Fools”, del coreógrafo invitado Mauro de Candia, cerró el programa presentado por Danza Contemporánea de Cuba. Foto: gentileza DCC.

El estreno de “Purple Fools”, del coreógrafo invitado Mauro de Candia, cerró el programa presentado por Danza Contemporánea de Cuba. Foto: gentileza DCC.

La mayor y más antigua compañía de danza no académica del archipiélago cubano, siempre bajo la dirección general de Miguel Iglesias, Premio nacional de danza 2018, presentó un doble programa en su sede fundacional, el Teatro Nacional de Cuba. En esta ocasión en su gran sala Avellaneda, el programa incluyó en su primera parte, “Súlkary” (1971), la más emblemática pieza de su repertorio activo, creada por su estelar bailarín Eduardo Rivero y, para cerrar, puso en consideración el estreno de “Purple Fools” (Tontos Morados), del coreógrafo invitado Mauro de Candia (Italia, 1981).

Fundada en 1960 por el eminente maestro y coreógrafo Ramiro Guerra -ex discípulo de la icónica Martha Graham-, con el nombre entonces de Danza Moderna de Cuba, hace dos décadas la compañía fue re-bautizada como Danza Contemporánea de Cuba.

“Súlkary” fue reconstruida por el maestro y bailarín del conjunto Yoerlis Brunet, con asesoría de Luz María Collazo (una de las estrellas del estreno absoluto) y montada con esmero para seis parejas de bisoños bailarines físicamente ajustados a las ideales esculturas modélicas de origen africano, según la concepción del coreógrafo Rivero. Las dinámicas y el sensual erotismo inherente a los movimientos provocados por una vibrante música del grupo de percusión (de manera no presencial, con detrimento a la apasionada entrega de los danzantes). La respuesta gratificante de la numerosa audiencia fue notable, si tenemos en cuenta que una buena parte de los presentes en las funciones tienen los referentes de los rotundos bailarines precedentes aún vivos en su memoria.

Debemos en gran medida a la dirección artística de DCC, el haber seleccionado este nuevo título para integrar su repertorio que, si bien no es una pieza magna, es notorio su discurso inteligente y cáustico y, sobre todas las cosas su evidente recurso dramatúrgico de exigencia teatral, a los jóvenes diez integrantes de “Purple Fools”, para conseguir una pujante entrega de histrionismo -nada habitual en este y otros conjuntos de la vanguardia dancística-, sin duda excelentes como ejecutantes preocupados por la demostración virtuosa de su formación técnica y las particulares dinámicas de esta pieza de 28 minutos creada por el joven invitado italiano Mauro de Candia.

Aquí, De Candia evoca particularmente el humor disparatado y el carácter absurdo de la narrativa en los célebres filmes de su coterráneo Federico Fellini. A ello contribuye la personificación de las cinco aparejas ataviadas con vestuario propio de la etiqueta acostumbrada en salones de baile de alta burguesía; rostros y cabellos empolvados con harina blanca, donde se evidencia un guiño a cierta pieza de la divina Pina Bausch, cual si fuera “en jeu” interpretativo de desafíos, seducción y ostentación, apoyado con un diverso soporte musical, donde emergen singulares versiones musicales conocidas de canónicos autores: en Shostakovich o Bach, a medida que avanzaba el motivo coreográfico en su distopía y la hilaridad se incrementaba. Lógicamente, la respuesta de aprobación fue unánime en sus tres únicas representaciones.

“Purple Fools” se caracteriza, además, por una musicalidad sui generis que, de manera orgánica, logra combinar secciones grupales de enérgicas dinámicas con fragmentos silenciosos (o mudos) y otros de refinado lirismo. En suma, el poderío de la música domina esta puesta en escena de 2012.

Sobre el autor

Mauro de Candia nació en Italia en 1981, y en 1998 ingresó en la Academia Princesse Grace de Montecarlo, como ganador de la Beca John Gilpin, otorgada entonces por la princesa Antoinette de Mónaco. Y en 2001 termina su formación profesional y se traslada a Alemania, donde bailó cinco temporadas con el Hanover Opera Ballett en obras de famosos coreógrafos como Balanchine, Béjart, Forsythe, Kilián, Mats Ek, Naharin, Goecke. En 1997 retornó a su ciudad natal italiana, donde fundó un proyecto, Arte and Balletto (sin fines de lucro), que generó varios programas de danza educativa hasta formar su propia compañía. En 2019 realizó el ballet Claveles negros, comisionado para los alumnos de la Royal Ballet School de Amberes. Fue condecorado ese año con la Medalla de Plata del Gobierno de Italia. En América Latina se le conocía poco hasta el éxito conseguido por su producción para el Festival Danza Maracaido, de Venezuela. De 2012 hasta 2021 fue director artístico y coreógrafo principal del Dance Theater Osnabruck de Alemania, igualmente trabajó con Introdans; Royal Ballet de Flandes; el Washington Ballet y el Staats Ballett de Berlin.

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