
Complexions Contemporary Ballet en “Black is Beautiful” protagonizada por estudiantes del Programa de Danza de Chadwick A. Boseman College of Fine Arts de Howard University. Foto: Taylor Craft. Gentileza JFKC.
Pasaron cerca de ocho años desde la última presentación de Complexions Contemporary Ballet en el Kennedy Center de Washington DC en el ciclo Ballet Across America. Esta vez, la compañía fundada y dirigida por Dwight Rhoden y Desmond Richardson celebra 30 años con la danza y, fundamentalmente, con la diversidad en el sentido más amplio de la palabra. El ensamble fusiona de manera innovadora métodos, estilos, etnias y culturas para dejar fluir un resultado impecable, prolijo y deslumbrante desde lo técnico y lo artístico.
Desde el 20 al 22 de marzo, en el Opera House del Kennedy Center Complexions Contemporary Ballet presentó un programa intenso que mostró el alto nivel de los bailarines y la profundidad de un mensaje consistente desde lo ideológico y lo estético. En la apertura, “Black is Beautiful” protagonizada por estudiantes del Programa de Danza de Chadwick A. Boseman College of Fine Arts de Howard University, los bailarines, con precisión casi matemática, fundieron el movimiento entre la música y un bello texto recitado a “tempo” por una voz que parecía formar parte de la respiración de esos cuerpos esculturales y apolíneos. Una coreografía de Rhoden y Richarson que deja “sin aliento” al espectador.
Basado en la técnica “NIQUE”, creada por sus fundadores en los años de formación de la compañía, el grupo deja translucir esa amalgama entre lo clásico y lo contemporáneo que explora el movimiento con una perspectiva no tradicional. Desde el momento en que los bailarines aparecen en escena, todo adquiere un especial magnetismo.
El programa continuó con nueve miembros de la compañía profesional en “This Time, With Feeling”, seguido por un fragmento de “Deeply”, ambos de 2024 con coreografía de Rhoden. Los movimientos de las dos obras mostraron las deslumbrantes extensiones de los bailarines a través de transiciones fluidas y dinámicas. El diseño de iluminación de Michael Korsch captó a la perfección al trío en la escena final. Luego, llegó “Gone”, obra de Rhoden de 2020 que se tradujo en una realización conmovedora. La música, interpretada por Odetta, hace referencia a hombres desaparecidos, encadenados y asesinados.

“For Crying Out Loud”, de Dwight Rhoden de 2023 con canciones del grupo U2. Foto: Taylor Craft. Gentileza JFKC.
También como parte del primer bloque del programa, una propuesta que apuntó directo al corazón: “Ave Maria”, con música de Giulio Caccini, dedicada a Virginia Child, con coreografía de Rhoden, interpretada por April Watson y Joe González. Un pas de deux que se llevó la ovación de la noche. Ambos bailarines lograron fundir lo terrenal y lo sagrado con sublime armonía. El diseño de luces de Korsch fue esculpiendo cada músculo y cada gesto. Esta primera parte cerró con un fragmento de “Mercy”, una obra de 2009.
Bailar sin respiro, sin interrupciones y sin descanso. Así llegó el segundo bloque del programa con una obra, también de Rhoden de 2023. “For Crying Out Loud” es una suerte de narración con canciones de U2 que llevó a los bailarines a formar dúos, tríos, escenas de conjunto con toques de humor, y una iluminación sutil y delicada.
Para el final, nada más emocionante y conmovedor que ver la maravillosa diversidad étnica de los bailarines que integran esta compañía y que permiten observar que la danza no tiene fronteras ni barreras de idiomas.