Como siempre ocurre, cada vez que Chamber Dance Project (CDP) sube a escena, su propuesta, novedosa y desestructurada, permite la integración de la danza, la música de cámara en vivo y elementos audiovisuales. Esta vez, del 27 y 29 de junio, el Harman Hall de Washington DC volvió a explotar de energía. Esa energía que dispara su directora, Diane Coburn Bruning, desde la espina dorsal de su compañía.
En la segunda parte, el estreno mundial de “Books of Stones” con coreografía de Christian Denice, creación especial para Chamber Dance Project, reafirmó la intención temática de la compañía. La obra explora temas de la naturaleza y la espiritualidad con un lenguaje contemporáneo. La coreografía y la música de Jack Herrick y Bland Simpson, crean una narrativa que conduce a una experiencia sensorial particular.
Denice, con notable inventiva y sensibilidad, utiliza el espacio escénico de manera efectiva, al tiempo que cada bailarín retrata, a través de sus movimientos, la riqueza emocional de la música. La partitura transita desde la calma y la suavidad hasta la intensidad desbordante.
Los bailarines, con una técnica impecable y gran sensibilidad, capturan la esencia poética de la obra. Mientras, una cantante recorre la escena y se entremezcla con los bailarines. Con su voz reproduce las voces de la naturaleza y todo se convierte en un vibrante espacio conectado con la tierra y sus misterios. De esta manera, “Book of Stones” no solo demuestra la sutileza coreográfica de Denice, sino también, la capacidad de CDP para encarar producciones estéticamente ricas y emocionalmente fuertes. Esta obra invita al espectador a reflexionar sobre la conexión entre el arte y la naturaleza y sobre el mundo que habitamos.
La obra que abrió el programa, “Sur”, de Jorge Amarante, se estrenó en 2014, y resultó un acierto volver a visitarla. Tango contemporáneo y ballet, se funden en esta pieza donde la música de Astor Piazzolla y de Pēteris Vasks permiten explorar diferentes texturas. Desplazamientos, cargadas, secuencias en el piso, y ciertos códigos propios del tango se desgranan en dúos, variaciones en parejas y estructuras grupales. Los bailarines logran captar la propuesta del coreógrafo y van delineando una obra compacta que propone distintas intensidades.
Ataviadas en tonos naranja con líneas serpenteadas y zapatillas de punta, las bailarinas Iris Davila, Fuki Takahashi y Sophie Miklosovic, aparecen en el escenario con movimientos estilizados y giros, impulsadas por la penetrante música de Caroline Shaw. “Weave the Wind”, una pieza contemplativa creada por Coburn Bruning, deja que los bailarines sean protagonista de la belleza. Por esta obra transitan secuencias de tríos, solos, dúos de exquisito tramado, donde todo fluye como en una respiración continua.
“Ramblin Suite”, con la actuación en vivo de los Red Clay Ramblers, banda ganadora del premio Tony, fue el estreno de la temporada y cerró el programa. La obra creada por Diane Coburn Brining combina elementos de música folk y bluegrass con una coreografía dinámica que transita por diferentes climas y texturas y que demanda de una alta capacidad técnica por parte de los bailarines. Sofisticada y atractiva es esta propuesta que lleva a escena una mezcla de danza contemporánea con diversas influencias y una música desbordante de energía.
Coburn Bruning es una coreógrafa cuyo trabajo se caracteriza por su capacidad para conectar la danza con otras formas artísticas, y su compromiso con la exploración de nuevas posibilidades expresivas. Pero por sobre todo, se caracteriza por tener una intuición sutil y especial para elegir a sus bailarines, y también, a los músicos con los que trabaja. De esta forma, Chamber Dance Project reverencia la emoción, la creatividad y la danza en su estado esencial.