El Ballet Nacional de España (BNE) clausuró la decimonovena edición del Flamenco Festival de Londres con “Invocación”, un programa que ofrece una panorámica de la danza española. Fue Mariemma quien estableció las cuatro formas de la danza española –Escuela Bolera, folclore, danza estilizada y flamenco- a finales de la década de los 60 del pasado siglo. Con el compromiso de mantener vivo ese legado, el BNE se esmera en confeccionar programas que mantengan la tradición de la danza española en toda su extensión. De esta manera, Rubén Olmo, director del BNE, se esforzó en mostrar una visión caleidoscópica, incluyendo piezas de Escuela Bolera, danza estilizada y flamenco. El numeroso público congregado en la sesión matinée en el Sadler’s Wells Theatre vibró con un espectáculo completo, que fue ‘in crescendo’ hasta la pieza final, un homenaje al bailarín y coreógrafo Mario Maya (1937-2008).
Comenzó la función con “Invocación bolera”, una creación de Rubén Olmo que condensa la esencia de la Escuela Bolera tradicional sobre la partitura de Manuel Busto. La vis expansiva del flamenco ha fagocitado los otros estilos de la danza española y la Escuela Bolera es una de las grandes damnificadas, siendo escasas las compañías y oportunidades de disfrutar de un estilo complejo que aúna los bailes populares dieciochescos y una base académica. Zapatilla y castañuela, unidas en una danza que requiere bailarines con una buena formación clásica. Esta pieza de Olmo brilla especialmente en los momentos corales como una demostración de la técnica clásica de la Escuela Bolera.
Granada inspira “Jauleña”, un solo también firmado por Rubén Olmo y nuevamente con música original de Manuel Busto. Imbuida por el espíritu de mestizaje del programa, la propuesta mezcla en un crisol los estilos de la danza estilizada, la Escuela Bolera y el flamenco, adquiriendo especial relevancia la granaína y el zapateado. Del conjunto del espectáculo, se trata de la pieza más innovadora, a lo que contribuyen tanto la puesta en escena como la música e iluminación.
La primera parte finalizó con “Eterna Iberia”, creación del anterior director del BNE, Antonio Najarro, sustentada por la danza estilizada. Surgida gracias al descubrimiento de la partitura de Manuel Moreno-Buendía “Celtiberia” para la creación de Antonio Ruiz Soler “Eterna Castilla” (1963), la obra se compone de cinco movimientos – ‘Burlesca’, ‘Farruca’, ‘Danza festiva’, ‘El amor doliente de Ronda’ y ‘Danza con brío’-, que alternan solos, dúos y movimientos corales y, a su vez, emplean la castañuela, la capa española y el sombrero cordobés. La pieza responde al estilo y a la estética propia de Najarro, muy cuidadoso con líneas y formas.
Para el estreno de la Compañía Andaluza de Danza –actual Ballet Flamenco de Andalucía- en 1994, Mario Maya creó “De lo flamenco” y en su recuerdo, Rubén Olmo, quien también dirigió el Ballet Flamenco de Andalucía entre 2011 y 2013, incorpora la obra al repertorio de la BNE. Los textos de Salvador de Madariaga, Miguel Hernández, Federico García Lorca, entre otros, hilvanan la suite flamenca, ejecutada con garra por bailaores y bailaoras del Ballet Nacional, acompañados por música en directo.
La versatilidad del Ballet Nacional de España queda subrayada por el programa “Invocación”, un conjunto de propuestas que se apoyan sobre tres de los cuatro pilares de la danza española. Exigentes coreografías y estilos tan diversos requieren de un bailarín completo. La ejecución del elenco resultó impecable, amén del buen estado de forma en el que se hallan los bailarines al final de la temporada. Si el inicio con “Invocación bolera” puso en valor la joya de la Escuela Bolera, tan vibrante o más resultó “De lo flamenco”, el sentido homenaje a la figura de Mario Maya. El flamenco continúa ratificándose como el mejor embajador de la cultura española en el extranjero. Resulta curioso comprobar cómo un espectáculo de danza española puede atraer un lluvioso sábado a primera hora de la tarde a un público tan diverso, incluyendo a familias con niños pequeños. Y sobre todo, lo más llamativo es que la danza española, especialmente el flamenco, conecte con espectadores de culturas tan diferentes. Eso es lo que ocurrió en el Sadler’s Wells Theatre, donde el público ofreció una calurosa ovación de varios minutos de aplausos. Y el Ballet Nacional de España agradeció la entrega con un electrizante bis para finalizar el Flamenco Festival de Londres.