Pocas son las leyendas de la danza butoh tradicional japonesa que sobreviven. Figuras emblemáticas que dieron origen a este género que ha exaltado la profundidad corporal humana, logrando posicionarlo como una expresión artística poderosa de la cultura oriental.
El maestro Ushio Amagatsu es justamente una de esas joyas vivientes de la danza en Japón. Desde hace casi medio siglo, ha exaltado la expresión de este género a través de su prestigiada compañía Sankai Juku, que sublimará el escenario del Palacio de Bellas Artes con dos únicas funciones: el jueves 27 y viernes 28 de octubre, a las 20:00 horas.
Su presentación forma parte del Circuito Cervantino en la Ciudad de México, programado en el marco de la edición 50 del Festival Internacional Cervantino, que tiene lugar durante el mes de octubre en la ciudad de Guanajuato.
Para los amantes de la danza, ser parte de estas funciones es una experiencia obligada. Para quienes no están adentrados en el butoh es una oportunidad irrepetible para dejarse cautivar por este género. Y es que, desde su creación en 1975, la agrupación Sankai Juko ha construido una inigualable historia dancística; ha encontrado la fórmula perfecta para exaltar la esencia del butoh: la sensibilidad del cuerpo a través de la lentitud de los movimientos y expresiones gestuales exageradas y grotescas, detonando imágenes en el escenario que sobrepasan los estereotipos de la belleza occidental.
Y cómo no ser una compañía ícono si su fundador -el maestro Ushio Amagatsu- forma parte de la segunda generación de bailarines del butoh en Japón. Fue de los pioneros en este arte corporal, al que le ha inyectado su propio estilo: una danza más transparente y telúrica.
El nombre de Sankai Juku es un reflejo claro del trabajo espiritual que existe en el interior de la agrupación. En japonés significa “el taller de la montaña y el mar”, que hace referencia a los dos elementos básicos de la topología de Japón (la topología es una rama de las matemáticas dedicada al estudio de aquellas propiedades de los cuerpos geométricos que permanecen inalteradas por transformaciones continuas). Como dato curioso hay que resaltar que, en sus orígenes, el grupo estuvo conformado sólo por hombres.
La agrupación poco a poco fue ganando terreno, presentándose en pequeños teatros vanguardistas de Japón. Debido a la grandeza de su danza, Sankai Juku despuntó a nivel internacional. Fue en 1978 cuando realizó su primera gran producción titulada “Kinkan Shonen” y en 1980 cuando visitó por primera vez a Europa dentro del Festival de Nancy en Francia. Desde entonces, el grupo ha realizado giras en más de cincuenta países de Europa, América del Sur, Estados Unidos, Australia y toda Asia.
Para su presentación en México, Sankai Juku ha preparado un programa muy especial: “KŌSA – Entre dos espejos”, que está conformado por extractos de algunas de las piezas más emblemáticas del repertorio de la compañía japonesa. Este espectáculo refleja claramente el estilo coreográfico del maestro Ushio Amagatsu, quien hizo una reelaboración de cada una de las piezas.
Cabe destacar que este montaje fue creado por el coreógrafo japonés durante el confinamiento sanitario. La ansiedad que le generó la pandemia lo inspiró a crear una danza pura e impresiones visuales filosóficas.