Diez minutos de aplausos cerraron la segunda actuación de “El Corsario”, ofrecida por el Ballet Nacional de la Ópera de Eslovenia en el Auditorio y Centro de Congresos Víctor Villegas de Murcia. Para obtener tan meritoria ovación, la formación eslovena se decantó por la versión del clásico firmada por José Carlos Martínez, otrora estrella del Ballet de la Ópera de París y anterior director de la Compañía Nacional de Danza. Desde su salida de la CND, el artista cartagenero se ha volcado en su faceta de coreógrafo, y ha cosechado un grandísimo éxito con su lectura de “El Corsario”, cuyo estreno realizó el Teatro dell’Opera di Roma el 1 de marzo de 2020 y se alzó con el premio Danza & Danza como mejor producción clásica del año en Italia. Debido a la pandemia, el estreno por el Ballet Nacional de la Ópera de Eslovenia en Ljubljana se fue retrasado hasta el 22 de septiembre de 2020 y es con esa producción con la cual la compañía dirigida por Renato Zanella ha realizado un par de actuaciones en España, visitando el Festival Internacional de Música y Danza de Granada y gracias a la iniciativa privada de Arena-Vicenta Hellín, ha ofrecido dos actuaciones en el auditorio principal de la Región de Murcia, de donde procede el propio Martínez.
La clave del éxito de “El Corsario” de José Carlos Martínez radica en la simplificación y reordenación del confuso argumento del libreto original escrito por Jules-Henri Vernoy de Saint-Georges e inspirado en el poema “The Corsair” de Lord Byron, de cuya coreografía fue responsable Joseph Mazilier, mientras que la música la firmó Adolphe Adam. Estrenada en la Ópera de París el 23 de junio de 1856, la obra es un cuento de piratas con aventuras, acción e incluso una historia de amor. El ballet se incluyó en el repertorio internacional gracias a las cuatro versiones que realizó Marius Petipa para el Ballet Imperial Ruso y ése es precisamente el punto de partida de Martínez. Entre sus novedades, elimina el personaje del esclavo Alí con la intención de reforzar el protagonismo de Conrad, de manera que el grand pas es interpretado conjuntamente por Medora y el jefe de los corsarios.
La versión de José Carlos Martínez cuenta con todos los fragmentos icónicos del ballet y al condensar la obra en dos actos y cuatro escenas, se reduce considerablemente la duración de la misma, lo que hace que el espectáculo sea más dinámico y mantenga entretenido al público entre la lucha de espadas en el mercado de esclavas, la traición en la cueva de los piratas o el naufragio del barco pirata. El contrapunto es el cuadro de ballet blanco –más bien rosa por los bellos tutús diseñados por Iñaki Cobos- en el que convierte el coreógrafo la escena del ‘Jardín Encantado’ del Pachá.
Siendo una compañía de tamaño medio, el Ballet Nacional de la Ópera de Eslovenia realiza un trabajo muy solvente a la hora de ejecutar le lectura de Martínez. En los roles protagonistas estuvieron una bonita Nina Noč en la piel de Medora y un bravo Kenta Yamamoto como Conrad, quien, en ocasiones, estuvo en el filo de la navaja arriesgando demasiado para mostrar ese virtuosismo que los espectadores tanto demandam a “El Corsario”. El público murciano agradeció el arrojo de programar a una compañía internacional y más aún con coreografía del bailarín y coreógrafo más aclamado que ha dado esa tierra. Con una interminable ovación que aumentó al salir a los saludos José Carlos Martínez, el barco de “El Corsario” arribó a buen puerto en Murcia. Ahora prosigue su singladura y la próxima escala prevista es en la Ópera Nacional de Estonia.
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