Con “Use this Gospel”, Joshua Horton ganó un Grand Prix y una beca de estudios otorgado por DanceCoreo International 2021. Foto gentileza LADC.
Las últimas jornadas fueron maravillosas para DanceCoreo International, un concurso pleno de emociones, creatividad, alianzas y caminos trenzados alrededor del mundo.
Luego de nueve semanas de competencia nos complace anunciar que la Gala de premiaciones, desde el prestigioso escenario del habanero Teatro Martí, en Cuba, fue transmitido en línea el 25 de junio por el canal de YouTube. https://youtube.com/c/liztalfonso
Con las actuaciones en vivo de la compañía Lizt Alfonso Dance Cuba (LADC), con coreografías de la propia Alfonso, también presidenta del jurado, se anunciaron a los creadores e intérpretes ganadores. Un palmarés con los codiciados Grand Prix, los tres premios, varias menciones, las múltiples becas y otros premios especiales, ofrecidos gracias a los aliados y patrocinadores foráneos del evento. El prestigioso jurado, constituido por personalidades del mundo de la danza, fue invitado a entregar los lauros conseguidos en arduas faenas creativas a los coreógrafos presentes (virtual o presencial).
La competencia cerró sus admisiones con más de 200 coreógrafos inscritos, 600 participantes provenientes de 45 ciudades de 13 países, conectados todos en el universo virtual. Fue una experiencia enriquecedora, única, la de este DanceCoreo Internationa, al demonstrar que, en momentos difíciles como estos, azotados por una agresiva pandemia global, la unión desde cualquier lugar distante del planeta, espacio y estilo, contribuyó y estimuló la creación coreográfica de manera inclusiva y proactiva.
Cuba, en tanto que país anfitrión, contó con la mayor participación, y entre todas las grabaciones audiovisuales recibidas se destacan las piezas ejecutadas en locaciones profesionales y desde casa. Una de ella logró hacerlo desde el áspero techo de un inmueble riesgoso.
Diversas fueron las temáticas y tópicos abordados en algunas obras, tales como: la violencia, en particular la de género; las personas sin amparo filial; el sensible tema del maltrato animal; las adicciones; los trastornos mentales y, por supuesto, la respuesta de la danza a la pandemia de la Covid 19.
Breves apuntes: valoraciones
Yasser Domínguez presentó “La llorona”, sobre la icónica canción de Chavela Vargas. Foto gentileza LADC.
El jurado instalado en un salón de la sede habanera de la compañía Lizt Alfonso Dance Cuba, equipado con la tecnología necesaria para realizar su labor mediante las plataformas virtuales, estuvo integrado por ocho prestigiosos expertos junto a su presidenta, la propia maestra y coreógrafa Alfonso. Su objetivo primordial era visualizar y justipreciar las 54 obras triunfantes de la pre-selección ejecutada previamente, a partir de los casi 300 videos con las piezas en concurso, enviadas mediante los canales de internet elegidos al efecto. Al concluir las tres horas del intenso análisis valorativo, se desarrolló una ronda de consultas y puntuaciones respectivas, no exenta de la discusión de pareceres, por los jurados presentes.
Estos intercambios permitieron llegar a buen puerto, al decantar a los coreógrafos y sus obras finalistas, y por lo tanto seleccionar el material coreográfico merecedor de los lauros previstos, así como las becas y presentaciones ofrecidas por algunos de los aliados y patrocinadores foráneos del evento en su primera edición.
En opinión de este cronista (miembro del jurado internacional ad hoc), las decisiones finales para adjudicarlos no fueron, mayoritariamente unánimes, sin embargo, la unanimidad primó en cuanto a la concesión de los Grand Prix y los primeros premios.
La creatividad, el manejo estructural y de los artefactos, así como los espacios y la originalidad dramatúrgica exhibida en los temas tratados con interpretaciones emotivas mediante notable pericia técnica, permitieron así observar sorprendentes talentos juveniles promisorios. Como por ejemplo, en el primer premio alcanzado por Yasser Domínguez con “La llorona”, sobre la icónica canción de Chavela Vargas, interpretada con intensidad y carisma por la más joven concursante, con solo trece primaveras. Se alzó pues con el premio Revelación. Por su parte, la obra coral “Aislamiento” por autores de Estados Unidos, fue una inteligente versión del archiconocido “Consagración de la Primavera”, de Igor Stravinsky.
Igualmente, el trío cubano, “Back to Love”, resultó ser un novedoso “ménage á trois” que logra superar lo trillado del asunto, a partir de una popular canción estadounidense. También fue una sensación, en el apartado de danza urbana, el joven Joshua Horton, con la pieza “Use this Gospel”, quien se alzó con un Grand Prix y una beca de estudios en su país, Estados Unidos.
Sin duda, los tres materiales coreográficos presentados por la pareja rumana de Alina Ciceo (coreógrafa) y Radu Domsa, el atlético intérprete-bailarín, fueron los merecidos acreedores de dos Grand Prix, por “Beyond Skin” y “The Office” (por la brillante manipulación de artefactos), además Domsa deslumbró con su performace “Prometeus”. La obra del cubano Luis M. Miranda, “Whatever it Takes”, después de una álgida discusión, se impuso con un importante lauro.
El rumano Radu Domsa, fue otro de los ganadores de un Grand Prix por “Beyond Skin”. Foto gentileza LADC.
Resultados:
