A fines de abril, Cuba volvió a otorgar su tradicional Premio Nacional de Danza, un reconocimiento a las grandes personalidades que han hecho historia en la isla. Un premio que se institucionalizó en 1998 y que tiene en cuenta fundamentalmente la trayectoria y el aporte a la danza cubana.
Este año, con un jurado encabezado por el maestro Johannes García, ganador de este premio en 2020, la elección fue para Laura Alonso, bailarina, profesora y creadora del Centro de Promoción de la Danza de Cuba, ProDanza, por su consolidada trayectoria artística.
Ese mismo miércoles 28 de abril, el Consejo Nacional de Artes Escénicas (CNAE) informó en sus redes sociales que el Premio Nacional de Danza 2021 en Cuba fue concedido a la gran maitre de ballet y directora de la compañía Prodanza. En esta institución se entrenan y forman jóvenes bailarines con el método de la Escuela Cubana de Ballet.
“Mi padre, mi tío y mi madre hicieron el syllabus para la escuela cubana de ballet -dijo hace algunos años Laura Alonso en un reportaje en los Estados Unidos-. Mi padre fue el maestro que implementó el método, mi tío, el coreógrafo y mi madre, la bailarina que mostró esta escuela al mundo. Esta técnica es la nueva, las otras tienen más de 500 años de antigüedad. Tiene todos los nuevos descubrimientos para el atletismo en el ballet y utiliza nuevas las técnicas científicas.”
Hija de Fernando y Alicia Alonso, sobrina de Alberto Alonso, “Laurita”, como la llamaban los familiares más cercanos, creció inmersa en la danza y la cultura. Comenzó sus estudios en la Escuela de Ballet de la Sociedad Pro-Arte Musical de La Habana, creada en 1931 por los dos hermanos Alonso (Fernando y Alberto) y por Alicia Alonso. Allí se formó con Alberto Alonso, León Fokine y otros profesores. Fue solista del Ballet Nacional de Cuba (BNC) por más de 20 años. Y ya en la década de 1980 creó el Departamento de Docencia Especializada, para promocionar y difundir la metodología de la escuela cubana de ballet.
La creación del Centro ProDanza, marcó un hito en la historia del ballet de Cuba, y también en su carrera. El centro reunió agrupaciones de diversos estilos, acogió a las nuevas generaciones a través de La Joven Guardia, la cual abrió una puerta para el desarrollo profesional. Jóvenes bailarines que luego fueron primeras figuras del BNC como José Manuel Carreño, Svetlana Ballestaer, Xiomara Reyes, Lienz Chang, Ernesto Quenedit, Gladys Acosta, Ana Lobet, Julio Arozarena, Lorena y Lorna Feijóo, Galina Álvarez, Anissa Curbelo, Ariel Terrero, Armando González, Joan Boada, Alihaydeé Carreño, Víctor Gilí, Viengsay Valdés, entre una larga lista de talentosos intérpretes que representan al país y a la escuela cubana en diferentes lugares del mundo.
Al fundarse la Escuela Nacional de Arte, Laura Alonso se destacó por su trabajo docente en la clase de varones, y también dio clases en el Ballet del Instituto Cubano de Radiodifusión (ICR) y el Teatro Musical de La Habana. Por otra parte, también fue docente de la Universidad de las Artes (ISA). Fue impulsora del movimiento del Psicoballet, iniciativa que surgió en 1973, y que utiliza la técnica básica del ballet combinada con métodos psicológicos para restaurar el equilibrio psíquico-social en personas con discapacidades mentales, motoras y sensoriales.
Laura Alonso trascendió los límites de su propio país y ha impartido clases en diferentes países de mundo y en compañías reconocidas internacionalmente como el Ballet de Monterrey en México, en la ópera de Finlandia y en la escuela nacional de Finlandia, y ha sido maestra en Ohio University y en Dayton University. Fue miembro del claustro de maestros del comité organizador del Jackson International Ballet Competition, en Mississippi, y en 1990 fue premiada como la mejor maestra de la competición.
En el libro editado por la UNESCO, fue seleccionada para representar a la mujer en Cuba por su destacada labor en el mundo de la cultura, especialmente en la danza.