China. Años veinte. Tras la muerte de su padre, una joven se ve forzada a casarse con el señor de una poderosa familia convirtiéndose así en su segunda concubina. La historia, con dramático final, se basa en la novela de 1990 “Esposas y concubinas” de Su Tong, que llegó al cine con el mismo nombre y la adaptación de Zhang Yimou, quien a su vez hizo la adaptación y dirección para la versión estrenada en 2001 por el Ballet Nacional de China (NBC por sus siglas en inglés), que subió a escena como “Raise the Red Lantern” (La interna roja en español).
En el cierre de una serie de eventos y exposiciones que el Kennedy Center de DC hace todos los años para celebrar el Año Nuevo Chino, se presentó desde el 13 al 16 de febrero este ballet, cuyo despliegue escénico combina diferentes estilos que incluyen escenas de la Ópera de Pekín, teatro de sombras, danzas tradicionales estilizadas, neoclásico y contemporáneo.
El Ballet Nacional de China fue fundado en diciembre 1959 y es la única compañía de ballet nacional del país formada bajo los parámetros de la escuela rusa de ballet. Como parte de una triple celebración que incluye la llegada del Año del Cerdo, los 60 años de la compañía de ballet y los 40 años de la apertura de las relaciones comerciales entre los Estados Unidos y China, la presencia del ballet marca un hito especial en esta temporada del Kennedy Center trayendo a escena la misma obra que subió en 2005 en la misma sala.
La historia desgarradora de esta joven que pierde su libertad, su amor y su familia, muestra con crueldad el sometimiento femenino y los códigos de una época que tardan en borrarse. A pesar de su resistencia, la joven se ve forzada a sucesivas violaciones. Sin embargo, el destino pone su mano caritativa o siniestra y en una de las tantas veces en las que el amo de la casa disfruta de las funciones privadas de los actores de la Ópera de Pekín, ella se encuentra con su antiguo amor adolescente, en la noche del estreno interpretado por Ma Xiaodong. Los dos comienzan un affaire que al poco tiempo se descubre revelado por la primera concubina. La condena de los amantes llega inevitablemente y también la de la primera concubina.
Con una precisión impecable en las escenas de conjunto, y en la recreación de las danzas tradicionales, la compañía logra describir las escenas con claridad y dramatismo dentro de una puesta en escena de absoluta belleza y delicadeza. Bailarines exquisitos, talentosos, con una sólida formación y una notable amplitud interpretativa, capaces de transmitir emociones, sentimientos y contradicciones.
Wang Qimin, en su rol de segunda concubina hizo una conmovedora composición de su personaje al tiempo que se mostró como una bailarina de delicado port de bras y magníficas extensiones y equilibrios. Exquisita, intensa, enternecedora.
La pieza, cuya violencia contenida aflora en cada situación límite, describe simbólicamente, pero con profundidad y crudeza, un drama que denuncia la violencia y el abuso. La música de Qigang Chen y la coreografía de Xinpeng Wang hacen una combinación perfecta para la narrativa de este drama de principios del siglo XX. El magnífico vestuario diseñado por Jérôme Kaplan, relaciona colores y texturas que caracterizan a los personajes, su personalidad y sus funciones dentro de esta trama.
Lo bellos pas de deux entre los amantes capturan la escena y todo se convierte en una puesta en escena centrada esos apasionados encuentros, tan apasionados como la misma muerte.