Hace menos de una semana las autoridades del Teatro Colón de Buenos Aires anunciaron a Paloma Herrera como directora del Ballet Estable del Teatro, tras las renuncias de Dario Lopérfido de la dirección del teatro, y de Maximiliano Guerra como director de la compañía de ballet, luego de enfrentamientos con los bailarines.
La Directora General del Teatro Colón, María Victoria Alcaraz, nombró en reemplazo de Lopérfido para ocupar la Dirección General de Programación y Producción Artística del primer coliseo al maestro Enrique Arturo Diemecke, de larga trayectoria en el teatro, y quién desde 2007 se desempeña como Director Musical de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires.
Herrera, que comenzó su carrera en ese teatro, y desde muy pequeña deslumbró con roles como “Amor” en “Don Quijote”, para luego entrar, con apenas 15 años como cuerpo de baile en el American Ballet Theatre (ABT), compañía con la que bailó hasta 2015, año de su retiro. A su vez, la bailarina fue la primera en la historia del ABT en llegar a la categoría de bailarina principal con 19 años.
“Acepto este reto con un enorme orgullo y agradecimiento -dijo Herrera, al recibir la noticia-. El Colón me dio todo, amo esta casa en la que crecí desde muy niña. Es una gran satisfacción para mí devolverle al Teatro todo lo que me dio y poder proyectar a nuestro extraordinario cuerpo de baile al mundo”.
Como primera bailarina del ABT, Herrera fue una de las pioneras del “boom” de bailarines latinos en los Estados Unidos, fenómeno que reemplazó el protagonismo de los rusos exiliados de la década de los ’80, y fue una de las bailarinas más reconocidas a nivel internacional. Invitada en compañías como el New York City Ballet, el Tokio Ballet, el Kirov Ballet de San Petersburgo, el Bolshoi Ballet, el Kremlin Ballet, el Ballet Nacional de Cuba, y otras, también partición en innumerables galas, entre ellas, la Gran Gala de Homenaje a Maya Plisetskaya y la Gala de Despedida de Alessandra Ferri en Japón.
Coreógrafos reconocidos internacionalmente como Twyla Tharp, Nacho Duato y James Kudelka, crearon roles principales para ella, y a lo largo de su carrera trabajó con una diversidad de coreógrafos tales como Jiri Kylian, William Forsythe, Alexei Ratmansky o Benjamin Millepied. Su despedida del Teatro Colón, fue en octubre de 2015 con “Romeo y Julieta”.
Además de felicitar a los funcionarios entrantes, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, destacó que durante la gestión de Lopérfido se incrementó la asistencia de público. También fueron parte de la programación figuras de nivel internacional y argentinos que triunfan en el exterior, como Marcelo Álvarez, Marianela Núñez, Ludmila Pagliero y Alejo Pérez. Y entre otros logros, las transmisiones por streaming y la apertura de los ensayos con público en forma gratuita.
La renuncia de Guerra se rumoreaba desde hacía un tiempo debido al malestar que expresaban los bailarines de la compañía a la espera de resultados en relación a los reclamos: un grupo médico especializado, un gimnasio equipado, barras perimetrales, cambio de la iluminación en la sala 9 de julio, mayor cantidad de funciones en el teatro, más giras y más títulos por temporada. Todos estos, elementos indispensables para cualquier compañía de nivel internacional.
De hecho, durante 2015/2016, los bailarines advirtieron la pérdida de títulos del repertorio clásico y la disminución de funciones. En enero de 2017, la compañía salió a la calle con carteles que decían “Basta”, con el fin de hacer públicos sus reclamos. En medio de este entorno, la llegada de Herrera marca un nuevo tanto para las autoridades del teatro como también para los bailarines de la compañía.
Me preguntaba si el hecho de que el ballet estable del teatro Colon pierde funciones en la sala principal es algo que el director del ballet puede controlar. Cuando en Argentina hay un gobierno “cholulo” que usa ara los Premios Clarin, o Tributos a Cacho Castaña, Les Luthiers, o La Mona Gimenez. Esta debiera ser una sala exclusiva para espectaculos liricos o coreograficos Operas Ballet y conciertos .Si los “chirusos de la ciudad quieren un evento elegante Que la ciudad de Buenos Aires construya otro teatro para esa clase de eventos El Colon que se use para lo que lo fue diseñado, desde la acustica hasta el diseño de perspectiva no es para que un cantante popular cante ya que no tiene la tecnica para cantar en semejante sala.
Paris construyo la bastilla para espectaculos que no son apropiados para el palacio Garnier
Puede Maximiliano Guerra o ahora Paloma Herrera parar eso? asi el ballet no pierde fechas en la sala principal? No Creo Un pais manejado por el cholulismo no entiende eso y por mucho que los bailarines se quejen Maximiliano Guerra seguramente pudo hacer muy poco al respecto le deseo mejor suerte a Paloma