El fantasma de la ópera

Todo un clásico

Creado por Andrew Lloyd Webber, el musical permanecerá en el Kennedy Center de Washington hasta el 20 de agosto. Esta nueva producción de Cameron Mackintosh, tiene como protagonista a Chris Mann, revelación 2012 en The Voice, y presenta una coreografía diferente de Scott Ambler.

Deja un comentario Por () | 23/07/2016

Protagonizada por Chris Mann y Kaitlyn Davis, "El fantasma de la ópera" cumple 30 años de su estreno en Londres. Foto: Matthew Murphy. Gentileza JFKC.

Interpretado por Chris Mann y Kaitlyn Davis, “El fantasma de la ópera” cumple 30 años de su estreno en Londres. Foto: Matthew Murphy. Gentileza JFKC.

Un clásico indiscutible. Un modelo perfecto que reúne una sutil historia de amor y misterio. Una música impactante con canciones conmovedoras que quedan en la memoria. A casi 30 años de su éxito arrollador en Broadway y en Londres, “El fantasma de la ópera”, se ha convertido en “el musical” de todos los tiempos, que ha recorrido el mundo como un suceso irrevocable. Creado por Andrew Lloyd Webber, llegó al Kennedy Center de Washington con una nueva y deslumbrante producción de Cameron Mackintosh.

Poco ha cambiado de la esencia de esta obra que marcó un antes y un después en la historia de los musicales desde su estreno el 9 de octubre de 1986 en Londres. Con una nueva escenografía de Paul Brown y una nueva puesta en escena de Laurence Connor, la producción conserva los bellos trajes de Maria Björnson, y presenta una coreografía diferente, a cargo de Scott Ambler.

Un despliegue técnico atractivo. Explosiones, fuego, objetos que se caen o se rompen, y lo que podría considerarse la marca registrada de este musical en este campo: la inmensa araña que cuelga del techo y que en un momento cae sobre el público sin alcanzar a estrellarse mientras, surgen destellos de explosiones en su interior. Escaleras que se despliegan a medida que los protagonistas descienden, y un desplazamiento asombroso de escenografía, convierten el escenario en una diversidad de ambientes y logran mantener la magia de principio a fin.

El musical se basa en la novela de Gaston Leroux, “Le Fantôme de l’Opéra”, publicada en abril de 1910 como producto de una serie de episodios que aparecieron en “Le Gaulois” desde septiembre de 1909 hasta enero de 1910. La novela, ambientada en París en el siglo XIX, en la Ópera Garnier, cuenta una historia de amor entre el fantasma que supuestamente habita ese teatro y una bella soprano de la Ópera de París que se convierte en la obsesión de ese misterioso personaje.

Scott Ambler es responsable de la coreografía interpretada por bailarinas de formación clásica. Foto: Matthew Murphy. Gentileza JFKC.

Scott Ambler es responsable de la coreografía interpretada por bailarinas de formación clásica. Foto: Matthew Murphy. Gentileza JFKC.

La joven, Christine Daaé, protagonizada por Kaitlyn Davis -en la noche del estreno de prensa-, que cree estar guiada por “el ángel de la música” enviado por su padre, llega a un éxito repentino, cuando debe reemplazar a la prima donna del momento. Con libreto de Richard Stilgoe y de Lloyd Webber, y canciones de Richard Hart y Stilgoe, la historia devela emociones y contradicciones de este fantasma-compositor, cuyo rostro desfigurado, está cubierto por una máscara.

En esta puesta, el cantante Chris Mann, quien surgió a la fama como finalista en la competencia The Voice 2012, encarna un fantasma conmovedor, cuya voz alcanza niveles de enorme profundidad, transmite sus emociones con total sutileza, y a su vez, muestra su capacidad actoral. Magnífico trabajo, intenso y refinado. Por su parte Davis, cuya bella voz logra momentos maravillosos, interpreta con calidad y frescura el rol de la hermosa soprano que queda atrapada en esos pasadizos ocultos donde el fantasma ha constituido su guarida.

Magnífica en su rol de diva, Jacquelynne Fotaine, poseedora de una voz potente y delicada. Anne Kanengeiser se luce en su papel de Madame Giry, la rígida y al mismo tiempo sensible maitre de ballet quien, es la que cuenta la verdadera historia de este fantasma. Las actuaciones del resto del elenco se ajustan a esta puesta como un impecable mecanismo de relojería.

De la misma forma, el cuerpo de baile, integrado por entrenadas bailarinas clásicas, hizo un muy buen trabajo para poner en escena la coreografía simple pero dinámica de Ambler. Las secuencias de ballet, que hacen un guiño humorístico a las grandes producciones de ballet para ópera del siglo XIX, son un gran acierto en esta puesta que refuerza el esquema tradicional de una ópera. Con la supervisión del icónico Matthew Burne, creador de la versión masculina de “El lago de los cisnes” y de otras renovadas puestas contemporáneas de ballet tradicional, esta nueva producción, una vez más, se caracteriza por la maestría de su estructura. Pero por sobre todo, “El fantasma…” sigue confirmando que es el clásico musical de todos los tiempos.

 

Masquerade, una de las escenas d conjut de esta nueva puesta de "El fantasma de la ópera". Foto: Alastair Muir. Gentileza JFKC.

Masquerade, una de las escenas de conjuto de esta nueva puesta de “El fantasma de la ópera”. Foto: Alastair Muir. Gentileza JFKC.

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