Con la caída de las hojas otoñales, también llegaron al teatro Koch del Lincoln Center de Nueva York, las obras prometidas para esta temporada del American Ballet Theatre (ABT). Desde el 21 de octubre hasta el 1 de noviembre, la compañía dirigida por Kevin McKenzie comenzó el ciclo de presentaciones con obras nuevas en su repertorio.
Una de las primeras piezas que subió a las tablas del Koch, fue nada más ni nada menos que “The Brahms-Haydn Variations”, compuesta por la clásico-moderna coreógrafa Twyla Tharp, que muchos galones ha ganado con su excelente trabajo. La obra cerró la gala del 21 de octubre y formó parte de los programas de las semanas subsiguientes.
Las magníficas variaciones de Haydn sirvieron para que Brahms lograra un precioso trabajo musical. Partitura que desde el año 2000, sirvió de base para esta estupenda creación de Tharp, en donde aparecen siete parejas. Entre ellas, se destacan grandemente la formada por Maria Kochetkova y el maravilloso bailarín clásico Herman Cornejo; Christine Shevchenko y el elegante Joseph Gorak, y la graciosa Sarah Lane junto a Daniil Simkin, entre otras.
El programa continuó con la maravillosa y diminuta pieza original del grandioso coreógrafo Frederik Ashton (1904-1998) que tituló “Monotones I and ll” con música de Erik Satie. Misteriosa y emotiva. Un delicioso regalo para el espíritu.
“Monotones I”, compuesto primeramente, lleva dos bailarinas Stella Abrera con Isabella Boylston y un bailarín, Joseph Gorak. Mientras en “Monotones II”, los intérpretes son una bailarina (la eterna Veronika Part) y dos bailarines, Thomas Forster y Cory Stearns. Ambos trabajos pueden llamarse fascinantes.
Esa noche la velada terminó con un ballet de una época muy parecida a la actual,” La Mesa Verde”. Danza de muerte en ocho escenas. En la primera, la mesa aparece rodeada de personajes europeos que cada uno discute sus responsabilidades para evitar lo indeseable: la guerra y hambruna. Ambas situaciones amenazantes. Sin embargo, no parece que logren el triunfo.
Pronto aparece en escena el personaje principal, la muerte. Rol que encarna con total dominio Marcelo Gomez, tan buen bailarín como actor. Parecía que sus enormes pisadas y total dominio de sus pasos imponen.
Cuando esta pieza fuera estrenada (1932), Europa estaba sufriendo aun lo que la Primera Guerra Mundial había dejado atrás. Se anunciaba la llegada del holocausto que era imposible de detener. Por ese entonces Kurt Jooss, autor de la coreografía creada para su propio grupo bailable, partió de Europa hacia América.
Con Gomes de cabecilla en tan duro papel, ha sido el que ha cargado con bien merecidos aplausos, sin posible diferencias. La música, de la que es autor F.A. Cohen fue interpretada a dos pianos por David LaMarche y Daniel Waite.
Un estreno
“After you”, el único estreno de la temporada, integró otro de los programas del ABT en el teatro Koch. Con coreografía de Mark Morris y la exquisita música del “Septeto en Do mayor, N° 2 Op. 114″, original de Johann Nepomuk Hummel, y los diseños de vestuario de Isaac Mizrahi, la obra es una bella puesta desde distintos aspectos.
La ropa que visten las seis parejas, de tela fina y transparente, promueven una composición única y delicada. Los principales Isabella Bollston y Herman Cornejo, hicieron un magnífico trabajo. El bailarín argentino se destaca especialmente por su finura y su expresividad que ha comenzado a aflorar de una manera notoria.
Con orquesta de cámara en vivo, y al piano, Barbara Bilach, quien acompañó las atractivas danzas creadas por Morris. No podía faltar un conjunto de violín, cello, bajo, flauta, clarinete y trompeta, que con gran ritmo lograron enaltecer la obra.
Entre los coreógrafos más conocidos no podía faltar la representación de Paul Taylor, representado por el conocido “Company B”, sobre música de las Hnas. Andrews. Sumamente divertido.
El programa finalizó con el coreógrafo en residencia ABT Alexei Ratmansky, que escogió su arreglo del “Piano Concerto N° 1″ de Shostakovich. Bailado con especial brillantez por el conjunto y muy en especial por las dos parejas solistas: Gillian Murphy con Cory Stearns, y Maria Kochetkova con Daniil Simkin. Dos parejas magníficas, que siempre producen lo mejor. El vestuario a cargo de Keso Dekker es sencillamente estupendo. Bilach, al piano, puso lo mejor de su arte en su interpretación de la hermosa y difícil música de Shostakovich.