El Teatro Real de Madrid cerró la temporada 2014/2015 con un espléndido programa doble de la compañía Nederlands Dans Theater (NDT). Bajo el hilo conductor del amor, las relaciones humanas, la vida y la muerte, la formación neerlandesa ofreció dos brillantes interpretaciones de las obras “Sehnsucht” (2009) y “Schmetterling” (2010), coreografías nacidas de la conjunción entre el genio creativo del inglés Paul Lightfoot y la cordobesa Sol León.
Nacido en 1959 por un grupo de bailarines que buscaban una fórmula de expresión más allá de los cánones clásicos, NDT ha sabido avivar los fuegos creativos de algunos de sus bailarines/coreógrafos. Tras las magníficas etapas en la dirección artística y creación de repertorio coreográfico de Hans Van Manen (1961-1970) y Jiří Kylián (1975-2004), parece que el dueto Lightfoot-León, quienes se conocieron en 1987 como bailarines de la compañía y formaron pareja sentimental durante años, está llamado a marcar otra era dentro de NDT. En 2002, fueron nombrados coreógrafos asociados del grupo holandés; dos años después, recibieron el Premio Benois de la Danse –oscar de la danza- por su obra “Signing off” y, en 2011, Lightfoot fue designado director artístico de NDT, nombrando a León, asesora artística.
En una especie de juego de ingenio particular, prácticamente todas las piezas de Lightfoot-León llevan un título que comienza por S, en referencia al nombre de pila de Sol, de su hija en común, Saura, y en alusión al infinito. De esta manera, en el coliseo madrileño ofrecieron un espectáculo, con una duración de hora y cuarenta y cinco minutos, que se inició con la obra “Sehnsucht” –cuya traducción del alemán es nostalgia o anhelo-, todo un compendio de belleza formal inconmensurable basado en el deseo de un joven que aspira a convertirse en bailarín. Con una escenografía rozando la irrealidad en la que se recrea una habitación en un cubo que gira insertado en el ciclorama, esta mágica pieza alterna los dúos íntimos de los padres –interpretados por Danielle Rowe y un sensacional Medhi Warlerski-, aprisionados en la claustrofóbica estancia, con espléndidos momentos corales en los que el hijo –Silas Henriksen- comanda al grupo sobre la brillante música de Beethoven.
Tras un intermedio poco convencional en el que tres bailarines se van dando el relevo en la corbata del escenario mientras se cambia todo el decorado, comienza la segunda parte con “Schmetterling” –mariposa, en alemán-, una obra de tono diametralmente opuesto a la anterior, pero junto a la que crea un díptico capaz de emocionar, de dibujar una sonrisa a los asistentes y de hacer disfrutar al público, que, el día del estreno, llenó el Teatro Real. Sobre el álbum “69 love songs” de la banda indie estadounidense The Magnetic Fields y fragmentos de piezas del pianista británico Max Richter, Lightfoot-León abordan el ciclo de la vida, en el que primero la madre cuida al hijo y luego, al revés. Pieza absolutamente conmovedora, destaca la interpretación del rol de la muerte por el donostiarra Jorge Nozal, recientemente nominado a los Premios Swan, los galardones de danza más prestigiosos de los Países Bajos.
Más allá de la calidad de los bailarines de NDT, la apuesta por la belleza sin parangón de este doble programa de Lightfoot-León satisfizo los gustos de los espectadores más exigentes. La excelencia del trabajo de NDT fue recompensada con una ovación de siete minutos de aplausos más cálida que los 39 grados que marcaba el termómetro en Madrid.