Desde el corazón de la escena, las voces, envolventes y aterciopeladas, dicen aquellas cosas del alma que nunca callaron y quedaron en la memoria para siempre. Sara Baras llegó con su duende y sus duendes al escenario del Eisenhower Theatre del Kennedy Center para verter, gota a gota, un homenaje a los grandes maestros del flamenco. Los inolvidables, los de siempre.
“Voces, Suite Flamenca”, que se presentó dentro del festival “Iberian Suite: global arts remix”, y continúa hasta el 24 de marzo, es un espectáculo con dirección escénica y con coreografía de Baras, que se convierte en una celebración en honor de aquellos que dejaron su huella y marcaron hitos en la historia de este arte y del arte en general. Con imágenes en blanco y negro, casi cubistas, Paco de Lucía, Camarón de la Isla, Antonio Gades, Enrique Morente, Moraíto y Carmen Amaya, se convierten en los protagonistas de la escena. Sus voces resuenan a través de testimonios grabados y sus rostros se hacen vívidos por los caminos del baile, del cante y del toque. Y se meten sin permiso en el corazón del espectador.
Baras comenzó, en blanco y negro, con “Canción de amor”, de Paco de Lucía. Su técnica mesurada, su delicado y sutil zapateo, su sensualidad, su garra, y esas manos que parecen tener vuelo propio se fueron apoderando de cada momento y de cada rincón. En sus solos, que se asemejan a un acto ritual para rendir culto a los maestros, en sus intensos dúos con el bailaor invitado José Serrano y en su participación junto al cuerpo de baile, Baras ejerce un magnetismo particular en su baile.
El Ballet Flamenco Sara Baras, integrado por María Jesús García Oviedo, Charo Pedraja, Cristina Aldón, Daniel Saltares, David Martín y Alejandro Rodríguez, logra la intensidad necesaria para acompañar a semejante intérprete, y se acopla con técnica y energía a esta propuesta que apunta a la emoción y a la memoria. Con un grupo de músicos que se funden con los bailaores como la respiración al cuerpo, logra momentos conmovedores con la música y el cante de Miguel Rosendo, Israel Fernández y Rubio de Pruna. Keko Baldomero (autor de gran parte de los temas del espectáculo) y Andrés Martínez, en guitarras; Antonio Suárez y Manuel Muñoz “Pájaro”, en percusión, provocan una explosión de talento.
“Voces, suite flamenca”, está integrado por distintas voces a las que se corresponde una pieza diferente. “Bulería de Chabo” comienza con la voz de Paco de Lucía, en un impresionante despliegue del cuerpo de baile junto a Baras. Camarón de la Isla presta su inolvidable voz para reflexionar sobre el flamenco en “Seguirilla”, un dúo intenso y profundo de Baras con Serrano. Con un torero, mujeres vestidas de rojo, sillas y una suerte de escenificación que evoca a la insustituible “Carmen” de Antonio Gades, Baras, vestida de negro, recrea aquellos momentos en los que el gran Antonio acariciaba el piso con sus pies para sacarle sonidos impensables en “Taranta”.
“Las Carmenes”, trae el recuerdo de la indiscutible Carmen Amaya, y en “Farruca”, la voz de Enrique Morente es el vehículo para un solo de Baras lleno de sutilezas, giros interminables y belleza estética. Después llega “Tientos”, y un solo de Serrano, lleno de efectos especiales. “Soleá” pone a Moraíto y su reflexión sobre el alma y el espíritu de la creación. Baras se llevó puesto “Soleá por Bulería”, y la compañía se incorporó al final con “Bulería”. El público, de pie, no los dejó ir fácilmente. Y llegó el inevitable bis, como en un tablao flamenco. Bello, intenso, y magnificente, “Voces, suite flamenca”, se trae y se lleva los duendes de los grandes que marcaron el camino del flamenco.
por favor informarme si van a traer esta obra a buenos aires, los extrañamos.