Finalmente, después de varios días de angustias por parte de los aficionados al ballet y de las autoridades culturales cubanas, debido a una fuerte congestión pulmonar de la gran dama del ballet, la prima ballerina Alicia Alonso, la incógnita se develó. A punto de cumplir sus 94 primaveras, la diva reapareció rutilante (sostenida por dos de sus bailarines principales) al concluir el gran desfile inaugural del XXIV Festival Internacional de Ballet de La Habana.
Allí participaron casi 300 bailarines en la vasta escena del más grande coliseo de la isla, el “Karl Marx”, que se espera que la restauración capital del Gran Teatro de La Habana esté concluida en la segunda mitad de 2015. El desfile tuvo como fondo de melódica marcha de Smétana ejecutada por la Orquesta Sinfónica Nacional bajo la batuta del maestro Giovanni Duarte.
Seguidamente, hubo un breve discurso apologético donde se hacía referencia a las conmemoraciones de rigor en esta vigésimo cuarta edición, los 450 de William Shakespeare y el bicentenario de la excelsa poeta Gertrudis Gómez de Avellaneda. Igualmente hubo un somero recordatorio-homenaje “In Memoriam”, al cofundador del BNC y metodólogo de la reconocida escuela cubana de ballet, el gran maestro Fernando Alonso, al cumplirse su centenario el próximo 27 de diciembre. La asociación de artistas escénicos de la UNEAC (Unión de escritores y artistas de Cuba) realizará un evento teórico alrededor de su legado pedagógico, organizado por la ex primera bailarina y profesora de ballet Aurora Bosch (una de las llamadas “cuatro joyas” del ballet cubano).
Después de una breve pausa, comenzó la fiesta de la danza con el ballet en dos actos “Shakespeare y sus máscaras”, sobre el tema de “Romeo y Julieta”, con coreografía de Alicia Alonso, música de Charles Gounod con nueva orquestación del compositor cubano Juan Piñera y libreto de José Rodríguez Neyra. Esta vez contó con nuevo vestuario y renovaciones en la escenografía por su diseñador Ricardo Reymena.
Los protagónicos fueron desempeñados con pulcritud y pasión por los primeros bailarines Anette Delgado y Dani Hernández, arropados por un cuerpo de baile afiatado, y sorprendiendo positivamente con ajustado histrionismo en cada uno de los múltiples personajes. Se destacó Arián Molina, como el vendedor de máscaras. La coreografía sigue los dictados del gran acervo neoclásico de su autora, si bien la dramaturgia todavía admite una necesaria revisión.
Una Jornada académica in memoriam de Fernando Alonso se ha celebrado en uno de los salones de la Escuela Nacional de Ballet, presidido por un inmenso retrato del maestro de maestros. Un numeroso público asistió reverente e interesado, que incluyó artistas y profesores invitados y locales, así como estudiantes y aficionados. Las clases magistrales fueron impartidas por Julio Bocca, Eric Vu An, Cyril Atanassoff, José Manuel Carreño y el dueto formado por Marta García y Orlando Salgado.
El máximo reconocimiento a un artista de la danza por toda la vida en su excelsa entrega a este arte, que otorga por riguroso escrutinio la UNEAC y su Asociación de Artes Escénicas, bajo el nombre de Premio Lorna Burdsall (eminente bailarina y coreógrafa estadounidense que echó raíces en Cuba), le fue entregado en sencilla y emotiva ceremonia a José Manuel Carreño.
Una pléyade de estrellas del firmamento de la danza internacional ha desfilado por los escenarios que ha programado desde el 28 de octubre hasta el 7 de noviembre esta edición del Festival Internacional de Ballet de La Habana, provenientes de los Estados Unidos, Italia, China, Ucrania, Argentina, Chile, Noruega, Suiza, Suecia, España, Gran Bretaña, Portugal, entre otros.