Esperado con ansiedad, el Ballet Bolshoi, desde su primera presentación en los Estados Unidos, es uno de los preferidos del público estadounidense, y sigue siendo hoy una de las compañías históricas más reconocidas del mundo. Desde el 20 al 25 de mayo, el ensamble dirigido por Sergei Filin llega al Kennedy Center for the Performing Arts de Washington, DC, con uno de esos clásicos irreemplazables: “Giselle”.
Con coreografía de Jean Coralli, Jules Perrot y Marius Petipa, y puesta en escena del legendario Yuri Grigorovich, la compañía rusa estará acompañada por la Kennedy Center Opera House Orchestra. Y los protagonistas de la primera noche, Svetlana Zakharova (Giselle), David Hallberg (Albrecht), Vitaly Biktimirov (Hans) y Ekaterina Shipulina (Myrtha).
Desde su creación en 1776, por el príncipe Petr Urusov y el empresario inglés Michael Maddox, el Ballet Bolshoi marcó hitos en la historia del ballet internacional con nombres indiscutibles como el de Maia Plissetskaya, Ekaterina Maximova y Vladimir Vassiliev, entre otros tantos que llegaron a occidente durante la era soviética.
“Giselle” se estrenó por primera vez en París en 1841 con Carlota Grisi, Lucien Petipa, hermano del Marius Petipa como el Duque Albrecht, y Adèle Lumilàtre en el rol de Mirtha, reina de las Wilis. Esta versión llegó a San Petersburgo en 1843 y, fue Marius Petipa quien introdujo algunos de los cambios coreográficos que aún permanecen como base de la coreografía. Entre ellos, el pas de deux del primer acto.
La escenografía de esta primera puesta fue diseñada por Pierre Ciceri y el vestuario por Paul Lormier. Y si bien esta versión original se representó en París hasta 1868, luego, en 1910, Serge Diaguilev la rescató para los Ballets Russes. La coreografía fue de Mikhail Fokine, los decorados eran de Alexandre Benois, y Vaslav Nijinski y Tamara Karsavina fueron los protagonistas. Adolphe Adam, compositor reconocido en la época, fue el autor de la partitura.
Basada en “De l’Allemagne” (1835) de Heinrich Heine, “Giselle” describe una trama de amor, venganza y redención que marca un hito en la historia del ballet romántico. En una aldea de la Renania medieval, Giselle enamorada de Loys, quien bajo un mentido atuendo campesino esconde al duque Albrecht, descubre, a través de Hilarion la mentira de su amado. Giselle, al comprender el engaño y el compromiso de Albretch con Bathilde, cae en la locura y muere en brazos de su madre ante un Albrecht atónito y arrepentido.
La historia que rige el ballet es la de una joven e inocente campesina enamorada de Albrecht, un noble que se hace pasar por aldeano para conseguir su amor. Hilarión, el guarda cotos, también está enamorado de ella y descubre la mentira del noble, ya comprometido en matrimonio con alguien de su clase.
Sediento de venganza, Hilarión lo desenmascara ante Giselle, y la joven enloquece y muere porque su corazón no resiste el dolor.
El segundo acto transcurre en un bosque donde está la tumba de Giselle. Y por las noches, el bosque está dominado por las Willis, espíritus de las jóvenes que murieron de amor antes de su boda. Hilarión y Albretcht, arrepentidos por distintas razones visitan la tumba de Giselle. La doncella, convertida en espectro, se conmueve ante el dolor de su amado, y lo perdona.
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