Nació en Rio de Janeiro, Brasil, el 30 de diciembre de1932. Murió el 9 de agosto de este año en su ciudad natal, víctima de un cáncer fulminante. El destacado bailarín y profesor de ballet, Yellé Bittencourt dejó su vida en los escenarios y salones de ensayo, y fue testigo y protagonista de gran parte de la historia del ballet del siglo XX y también del XXI.
Realizó estudios de violín con Edgar Guerra y Oscar Borgueth; de piano con Guilherme Fontainha y Fructuoso Viana; composición con Edino Kriguer y Kelreuter y dirección musical con Eleazar de Carvalho. En ballet, tuvo como maestro a Vaslav Veltchek, en el Conjunto Coreográfico Brasilero, y su debut fue en el Teatro Municipal de Rio de Janeiro en 1952 (bajo la dirección de la afamada maestra Tatiana Leskova). De1953 a 1955 integró el montivedeano Ballet del SODRE (dirigido por Veltchek luego dirigido por Roges Fenonjois). Posteriormente, en 1956, viajó a Francia contratado por el Grand Theatre de Bordeaux (dir.R.Fenonjois), y del 1958-1961, bailó con la compañía del Marqués de Cuevas.
En los años subsiguientes, bailó en los Ballets Russes de Montecarlo, el Ballet de Balanchine, el Ballet Romantique de Igor Youskevitch; Bihari, de Istvan Rabowsky; el Joffrey Ballet, y el Harlem Ballet.Theatre, de Arthur Mitchell. Igualmente, participó en espectáculos de teatros del circuito neoyorkino Off-Broadway, así como en varios musicales del Radio City Music Hall con dirección de Leon Leonidov y Marc Platt.
Retornó a Brasil, contratado para bailar en el Teatro Municipal de São Paulo, y comenzó su trabajo como profesor y coreógrafo para la TV Cultura de Sao Paulo; también en las compañías de Halina Biernaka, Kitti Bodenheim, Carla Perotti y Verónica Coutinho, y en el propio Teatro Municipal.
En 1981, viajó a Suiza, donde fue contratado por el Grand Theatre de Ginebra (dirigido entonces por el argentino Oscar Araiz), e invitado a desempeñarse como maestro invitado por el Ballet del siglo XX de Maurice Béjart (1983). El año anterior había estado en el Teatro Nuovo de Torino, y en 1985 en la Berlin Oper, en Wiesbaden Oper (1987), en Stadt Teater Bern (1988) y en el Ballet del Sur de la Argentina (1999).
Pasó por el Teatro de Rio en dos ocasiones, una como profesor, en 1991 cuando lo dirigía Dalal Achcar, y en 1998, bajo la dirección del francés Jean-Ives Lormeau.
A partir de 2000, se trasladó a la Academia Spinelli, cuando concluyó su labor junto con Thiago Soares, y en el Teatro de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro, dirigido entonces por el malogrado profesor DinoCarrera.
En 2006 fue profesor invitado en el Ballet de Niterói. En la última década se desempeñó como jurado de numerosos Festivales y Concursos en Rio y en Sampa, Brasil. Se mantuvo activo hasta 2012, impartiendo clases y montando coreografías.
Fue un conocedor de casi todas las escuelas de ballet, pero la mayor influencia la recibió de Balanchine y Béjart. En sus clases, era capaz de combinar diversos métodos, desde Ricaud, Legat, Vaganova, Meserer, Bournonville y, por supuesto Mr. B. En una famosa Gala de ballet de 2009, durante la semana cultural de Francia en Brasil, promovida por la Spinelli, creó varias coreografías, y en esa ocasión, su hijo Yannick Bittencourt, solista del ballet de La Opera de Paris y la étoile Isabelle Ciaravola bailaron ”Giselle” pas de deux.
Trabajó en diversos montajes de los grandes ballets del repertorio con los maestros Leonide Massine, Alexander Kalioujni, V. Gsovsky, A. Vilzak y L. Danielian (con estos en NYC), igualmente con Vladimiroff, Obukov, Eglevsky y John Taras, quienes le propusieron participar del Lincoln Center Student Program. Alcanzó la fama bailando el Pas de Trois del ballet ”Paquita” de Balanchine, acompañado por las bailarinas Paula Tennyson y Tania Karia.
Le sobreviven su hijo Yannick (solista del Ballet de L’ Opera de Paris ), y su viuda –de origen cubano–, Rosa Bustelo, ex bailarina del Ballet Nacional de Cuba.
Ha sido profesor de varias generaciones de destacados bailarines y coreógrafos nacionales y extranjeros, y dedicó sus últimos años a la Escuela de Danza Spinelli donde impartió cursos, coreografió y preparó bailarines para audiciones en escuelas y compañías de Europa y los Estados Unidos.
Sin embargo, la tierra que lo vio nacer, y a la cual le ha dejado un legado artístico importante, todavía no le ha otorgado el debido reconocimiento, en la proporción e intensidad con que él le entregó su excelso trabajo y maestría artística.