Cuando el año pasado Tamara Rojo dejó el Royal Ballet de Londres (RB) para convertirse en directora artística y principal del English National Ballet (ENB), se sintió el golpe. Rojo era una de las grandes estrellas de la compañía dirigida por Kevin O’Hare, y una de las favoritas.
Ya en 2010, cuando Nacho Duato anunció su retiro de la Compañía Nacional de Danza, la española nacida en Montreal, Canadá, era una de las candidatas a la dirección de la agrupación española. Pero sin embargo, el destino marcó su permanencia en Inglaterra.
Hace un mes, otra de las estrellas anunció su despedida: la rumana Alina Cojocaru. Su partida también se lleva de las filas del Royal a su compañero de vida y de escena, Johan Kobborg. La pareja de bailarines pasará a formar parte del ENB a partir de la próxima temporada. Una sospecha poco probable hasta ese momento.
Se especulaba que Cojocaru iba a recibir oferta del American Ballet Theatre, o del Hamburg Ballet, dos compañías con las que siempre trabajó como bailarina invitada. Pero sin embargo, optó por quedarse en Inglaterra y aceptar la propuesta de su antigua compañera de escena.
Cojocaru y Kobborg bailaron su última función con el RB el 5 de junio en la Royal Opera House de Londres. La despedida fue apoteósica, con lluvias de flores, emoción, y en algunos casos, pesar.
Con planes para la nueva temporada, Cojocaru hará su debut con el ENB el 17 de octubre como Medora, la heroína de “El Corsario”, en el Milton Keynes Theater. También bailará obras de Liam Scarlett, Russell Maliphant y Akram Khan.
Tras Cojocaru y Kobborg, se van otras dos bailarinas emblemáticas de la compañía, Mara Galeazzi, que se despidió el 13 de julio, y Leanne Benjamin, en la función del 15. Ambas, con más de 20 años de carrera en el RB, en su mayoría, como bailarinas principales. Benjamin se retira con 49 años, y Galeazzi, con 39.
Con este panorama, el RB tiene ahora como plato fuerte sólo dos de sus grandes estrellas, la argentina Marianela Núñez y Sara Lamb. No obstante, la llegada de la rusa Natalia Osipova será un punto a favor para mantener el nivel y el atractivo de la compañía.
Rojo, por su parte, intenta acercar grandes nombres al ENB, con la intención de insuflarle mayor reconocimiento internacional que permita incrementar las giras y la convocatoria de coreógrafos y diseñadores de renombre.
Por su parte, Cojocaru anunció que su paso al ENB se debía a que se sentía atraída por las oportunidades de repertorio que propone la compañía, la combinación de obras clásicas y la posibilidad de trabajar con coreógrafos que ella realmente admira.
Actualmente Rojo tiene como directora artística asociada a Loipa Araujo, una de las cuatro joyas cubanas y una de las grandes maestras de ballet del siglo XX.