Finalmente, ya está en las librerías de Estados Unidos y en las distribuidoras “online”, el tan esperado y necesario reconocimiento editorial a la paternidad de una metodología para el estudio de la técnica del ballet. “Fernando Alonso: the father of cuban ballet” (Fernando Alonso: el padre del ballet cubano), de la periodista y experta en danza Toba Singer, recupera la historia de uno de los legendarios fundadores vivos del denominado por algunos expertos como el “milagro” del ballet cubano, que el próximo diciembre cumplirá sus vitales 99 primaveras.
Los editores de la University Press of Florida apostaron por una hermosa y pronta publicación de esta investigación, al tratarse de alguien “ampliamente conocido por su papel visionario como fundamental fundador y mentor del Ballet Nacional de Cuba”, una de las compañías más importantes del mundo que marcó un estilo desde 1948.
Fue la apasionada defensa de Fernando Alonso por la creación de un ballet la que resultó vencedora y obtuvo el patrocinio estatal del gobierno revolucionario de Fidel Castro, quien acababa de asumir los destinos de Cuba en los primeros meses de 1959. Aunque la condición fue: “transformar el ballet de una reserva elitista, exclusiva de la aristocracia, en un arte accesible para el más común de los cubanos”.
Muy poco se ha escrito sobre la labor pedagógica de Alonso, sólo algunos artículos dispersos en publicaciones diversas y un librito de un historiador local, Raúl Ruiz. No obstante, primó el interés de Singer por colocar en el centro de los seguidores de luces al maestro cubano en su papel seminal en el desarrollo del canon moderno del ballet. Y así obtuvo documentos clave: grabaciones y filmaciones anteriores al embargo, provenientes de los archivos del Lincoln Center, fuentes en español del Museo de la Danza de La Habana (que dirige el Pedro Simón, actual esposo de Alicia Alonso), y realizó entrevistas con el propio “ballet master”.
Paralelamente, incluyó un amplio rango de amigos, miembros de su familia y colaboradores en el curso de su larga carrera profesional. Su ex esposa, la mundialmente reconocida estrella del ballet, Alicia, envió una extensa y reveladora misiva, la cual fue publicada como “Prologue”.
Por intención expresa de la autora, este libro no debe calificarse como una “biografía”. Singer prefiere definirlo como “una vibrante colección de voces constitutivas del primer largo y profundo análisis acerca de la influyente carrera de Fernando Alonso”.
DANZAHOY: ¿Por qué decidió escribir un libro sobre Fernando Alonso?
TOBA SINGER: El maestro está a punto de cumplir los 99 años, y he comprobado que existe muy poco escrito sobre él y su obra para el ballet cubano. Y nadie duda de su influencia sobre los bailarines cubanos en los escenarios internacionales. Era necesario que otros conozcan por qué un país tan pequeño, de unos once millones de habitantes en el presente, y en vías de desarrollo, pueda producir bailarines tan excelentes y en semejante cantidad.
D: ¿Cómo fue construyendo este libro?
TS: En mi proceso para escribir este libro, he tenido encuentros con ex bailarines famosos, grandes maestros, y otros. Ellos mencionaban a una persona siempre, y era Fernando Alonso, aunque igualmente aparecía la figura de Alicia Alonso. Comentaban sobre sus modales al impartir las clases, su cultura, sus conocimientos de la física y la anatomía. Por ejemplo, el estelar bailarín del Royal Ballet Carlos Acosta, me decía: “él introduce la física dentro del salón de clases de ballet”. Los niños, agregó Acosta, tienen una atracción inmensa por conocer el por qué puedo hacer tantos giros perfectos, a veces “á ralenti”, en cómo funciona este aspecto de la técnica de mi arte. Frank Boehm, mi amigo cineasta, hace unos 30 años realizó un documental sobre Alicia Alonso y su baile, es un filme maravilloso, pero no pudo completarlo porque había amenazas contra Cuba por parte de la administración Bush, y no pudo regresar para completarlo. Allí, en ese material fílmico, Fernando Alonso habla elocuentemente de cómo se mantuvieron Alicia y él en Nueva York después de la depresión, de cómo constituir una escuela de ballet, empero con los acentos cubanos y de su idiosincrasia.
D: ¿Y qué fue lo que la decidió a escribir este libro?
TS: Verdaderamente, fue Lorena Feijóo, estrella del Ballet de San Francisco, la que me sugirió un libro sobre Fernando Alonso, en 2008, y de regreso a mi casa, en solo 15 minutos, no lo pensé más: tomé la decisión de hacerlo.
D: ¿Por qué no lo considera una biografía?
TS: En cuanto al proceso de investigación, a las entrevistas con los colegas de Alonso surgió un problema que no pude superar. Hay pocos documentos objetivos publicados sobre Alonso, excepto el de Raúl Ruiz, pero no podía depender solamente de esto. Entonces decidí enfocarlo sobre las referencias de su trabajo cotidiano durante años, pero no voy ofreciendo una visión de su carrera paso por paso, minuto por minuto. En Nueva York existen unos pocos trabajos publicados, algunos efímeros, otros frívolos o superficiales, entonces pensé que debía ser muy cuidadosa en este caso particular.
D: ¿Qué piensas acerca de la escuela cubana de ballet? Todavía existen escépticos que no la confirman como tal…
TS: Si vemos los bailarines en las funciones del Ballet Nacional de Cuba, es obvio que existe como tal. No sólo por las entrevistas con Fernando Alonso o Ramona de Sáa (Directora de la Escuela Nacional de Ballet). Cuando observamos a los hombres realizar sus giros, los encontramos muy diferentes a los rusos. En las chicas, hay un sentido del foco dramático de los personajes, son conscientes de revivir sus roles.
D: ¿Hay otras diferencias que no se advierten fácilmente?
TS: Al dialogar con Loipa Araújo (en el equipo asistente de Tamara Rojo, en el English Nacional Ballet) o Laura (la única hija de Fernando y Alicia), supe que la diferencia no reside solamente en los pasos. Está en el método, paso por paso, en cómo desarrollar los músculos del pie antes de que calcen las puntas. Al no hacerlo así, aparecerán dolencias por la forma de colocar las zapatillas de punta prematuramente. De la misma forma que los niños aprenden su lenguaje. En Cuba, la educación es integral, la técnica y el escenario no están separados.
D: ¿Y cómo logró redondear todo este material?
TS: Termino mi libro con las entrevistas, haciendo como un arco que va desde Donald Saddler (fueron íntimos amigos, él y su esposa María Karnilova, fueron los padrinos en el bautizo de Laurita, en Nueva York), hasta la juvenil gran promesa del BNC, Grettel Morejón.