Marcó historia en la danza de los Estados Unidos y también en el mundo. Una de las emblemáticas bailarinas del New York City Ballet (NYCB), Maria Tallchief, murió el jueves 11 de abril en Chicago, a los 88 años. Fue esposa y musa de George Balanchine, y la inspiradora de gran parte de sus obras.
Elizabeth Marie Tall Chief había nacido el 24 de enero de 1925 en Fairfax, Oklahoma. Hija de un indio Osage y de una descendiente de escoceses e irlandeses, creció en medio de dos culturas que empezaban a fusionarse. Junto a su hermana Marjorie fundaron el Chicago City Ballet en 1981.
Su vida, convertida en algo semejante a un cuento de hadas, desplegó el atractivo de los primeros tiempos de la danza en América del Norte, donde compartía protagonismo con grandes estrellas como Margot Fonteyn, Rudolph Nureyev y Erik Bruhm, y compositores de ballet como Igor Stravinsky y Nicolas Nabokov.
A los 12 años tomó clases con Bronislava Nijinska, David Lichine y Pierre Vladimiroff en Los Ángeles. Comenzó profesionalmente a los 17 años en Ballets Russes de Montecarlo en 1942, y se convirtió en una de las principales solistas de la troupe. Allí conoció a Mr. B, quien en poco tiempo le propuso matrimonio. Se casaron en 1946 y se divorciaron en 1950, aunque siguieron trabajando juntos hasta 1962.
Cuando Balanchine le propuso matrimonio le dijo: “Podemos casarnos y trabajar juntos. Y si dura al menos por unos pocos años, está bien. Y si no, está bien igual”, cuenta la bailarina en sus memorias.
Tallchief tuvo su momento de mayor reconocimiento luego del estreno de “El pájaro de fuego” de Stravinsky-Balanchine. El coreógrafo también creó para ella obras clave del repertorio del NYCB como “Lago de los Cisnes”, el hada de azúcar en “El Cascanueces”, y Eurídice en “Orfeo”, entre otras.
En ella estaba el germen del perfil de la bailarina ideal para Balanchine por sus proporciones, su técnica depurada, su rapidez y brío, y su virtuosismo. En 1952 bailó una versión de “La muerte del cisne”, que inmortalizó Ana Pavolva, para un filme en Hollywood: “The million dollar mermaid”. Uno de sus hits fue el pas de deux “El cisne negro” y entre sus partenaires más famosos tuvo a Eric Bruhn, André Eglevsky y Peter Van Dyk.
A los 18 años, apareció en “Chopin Concerto” de Nijinska y el crítico John Martin escribió en “The New York Times” que “allí estaba seguro el material de una ballerina’”.
En 1947 viajó a Francia con Balanchine para presentarse en la Ópera de París, donde deslumbró con su técnica y su porte. En 1953, el presidente Eisenhower la declaró “Mujer del Año”. Ese mismo año bailó “El lago de los cisnes” en el Teatro alla Scala de Milán y también en el Real Ballet Danés de Copenhague. Regresó a los Ballets Russes de Montecarlo en 1954 y también se presentó con el American Ballet Theratre. En 1965 se retiró oficialmente de la escena en la Ópera de Hamburgo.
En 2005 publicó sus memorias. Hechos cruciales de la historia de la danza en los Estados Unidos aparecen en “Maria Tallchief. America’s Prima Ballerina” como una intensa sucesión de anecdótas que permiten conocer cada espacio y cada emoción de esta talentosa y magnífica bailarina del mundo.