Quiero rendir un sincero Homenaje y mi eterna gratitud a Hilda Ganem de Ros que murió el domingo 10 de marzo en Tucumán. Fue una mujer muy visionaria y artífice de la institucionalización de la danza clásica en Tucumán (Argentina) a finales de la década del ’40. Hilda Ganem (Pichona) fue nuestra primera maestra de ballet en la Escuela de Danza de la Provincia de Tucumán que ella misma fundó en el año 1948 y 20 años después también propició la creación del Ballet Estable de la Provincia de Tucumán.
En un trabajo de investigación (una tesis de licenciatura en Artes que defendí hace algunos años) escribí de ella lo siguiente:
“Los viajes de Hilda Ganem para perfeccionarse en Buenos Aires, ampliaron significativamente la perspectiva de desarrollo de la danza para Tucumán. Con tenaz personalidad, gran perseverancia y optimismo, la Directora fue construyendo sólidas bases para la Escuela de Danza, sustentadas en los nuevos conocimientos que iba adquiriendo sobre la docencia y la profesión artística específicas; los cuales difundía con gran generosidad y vocación entre su alumnado y bailarinas.
Este proceso de aprendizaje que enfrentó Hilda Ganem fue posible en razón de que la danza clásica en Buenos Aires, hacia mediados de los años ’50, contaba con 25 años de continua actividad en el medio y gran aceptación por parte de los sectores altos y medios de la sociedad capitalina de Argentina. Hasta aproximadamente mediados del siglo XX, hubo una intensa movilidad, tanto de bailarines, como de Maestros y Coreógrafos de Europa y Rusia, invitados y contratados para las temporadas líricas del Teatro Colón.
Por otra parte, las dos Guerras Mundiales favorecieron la radicación en Argentina de artistas destacados de la época, en las diferentes especialidades del Arte, provenientes principalmente de Rusia y países colindantes, Alemania, Italia, entre otros. La danza en Buenos Aires se nutrió con las mejores influencias y excelentes artistas extranjeros que compartieron escenario con los bailarines argentinos. Bajo estas condiciones, se establecieron consistentes bases para la creación de la Escuela del Teatro Colón (1922) y la formación del Ballet Estable (1925) del mismo, consideradas las más antiguas instituciones artísticas de Sudamérica.
Michel Borovsy, el principal Maestro de Hilda Ganem, se había desempeñado como Primer Bailarín del Ballet Estable del Teatro Colón desde 1932 hasta su retiro; e integró la primera camada de bailarines argentinos surgidos de la Escuela del Teatro Colón”.
En la entrevista que me concedió para esa oportunidad me dijo:
“(…) Yo viajaba todos los veranos a estudiar! …cuando yo iba a Buenos Aires a estudiar, siempre me llegaba al Colón y ya cuando ya empecé a conocer a personas del entorno, me hacían entrar para ver las clases. Y también esos personajes que venían de todo el mundo a dar clases en el Teatro Colón!…Y bueno permanentemente yo viajaba al Teatro Colón y después me hice amiga de Caruso…” (Entrevista personal registrada en grabación a la Sra. Hilda Ganem de Ros en diciembre de 2001).
“(…) Olga Steimberg expresó en sus relatos lo siguientes en relación a la personalidad de Hilda Ganem: “Pichona tenía dos profundos amores: el pedagógico y el amor por la danza, siguó enseñándonos pasos nuevos y exigiendo de nosotros el esfuerzo necesario para progresar…la diferencia que notábamos no sólo era física, sino también espiritual. Sentíamos que era posible hacer cosas importantes y sobre todo, mostrar en el escenario nuestras posibilidades y nuestros sueños hechos realidad. Hilda Ganem fue entusiasta como nosotros, alentando permanentemente los sueños y motivándonos a sumir nuevas responsabilidades…”(Relato enviado en 2007 , vía Internet por la Profesora Olga Steimberg ex alumna y luego Directora de la Escuela de Danza de Tucumán).
A Hilda Ganem (la Señorita Pichona le decíamos) le debemos todo lo que hoy llegamos a ser, sin ella nuestro destino tal vez hubiera sido otro.
Gracias, gracias Pichona por todo lo que nos diste. Por trasmitirme la pasión por la danza, la música y una fuerte disciplina para atravesar la vida con estética.
El Lago de los Cisnes, El Concierto N 5 de Motzar, Petrushka, y tantos otros ballets que compartimos.
Hoy con mis 68 años, lejos de Tucumán, te recuerdo y te sigo agradeciendo por haberte conocido.
Gena Riccio
Allá, por el año 1950, la recuerdo vívidamente, al frente de la clase, con su natural alegría y firmeza, al enseñarnos. Marcando los tiempos, seriamente, con su infaltable bastón.
Ahora, que se nos fué, me doy cuenta, en la distancia, del tiempo, lo joven, casi niña, entonces. Pocos años más que nosotras, sus alumnas. Y, sin embargo, con qué empuje y creatividad, nos introdujo, en el mundo de la danza.
Cuando pasamos, de la antigua Escuela Lola Mora, al teatro San Martín, ya como lo que fué, tiempo después, Escuela de Danzas de la Pcia, se inició lo que sería , un momento único, en el área. Maestros, que venían de Buenos Aires, de la talla Mara Dajanova, Renata Shotelius, Luisa Grimberg, y muchos otros, bajo su dirección , su mirada, nos introdujeron, en la danza moderna, la danza contemporánea, el neoclásico. Una perspectiva impensada para muchos, nó para sus alumnas. Ella nos infundía sus aspiraciones y su talento, de aprender más y mejor, siempre. Nada era imposible……
Hicimos nuestros, sus sueños y surgieron de ellos hermosas realizaciones. GRACIAS MAESTRA !!!