La más reciente creación de la primera bailarina y fundadora de su propio conjunto de danza, en solamente diez minutos, logra involucrar y cautivar emocionalmente a la audiencia que colmaba todo el aforo disponible de la Sala García Lorca del Gran Teatro de La Habana.
Tomando como soporte dramatúrgico el célebre poema homónimo del poeta español Antonio Machado, publicado en 1937, como rotunda denuncia del asesinato de Federico García Lorca, cometido por seguidores del sector más oscura franquista, Rodríguez logra estructurar una sobria pero limpia y condensada narración en movimientos que remite de manera magistral a los palos del flamenco y a la gestualidad con referencias de la danza contemporánea.
La danza se erige en protagonista en medio de una puesta en escena minimalista, con un único telón negro de fondo, un vestuario en blanco y negro (elegante y sensual el vestido de faralaes de la Rodríguez, con un magnífico mantón del mismo tono manejado con eficacia metafórica, cual paloma o espíritu santo que envuelve al protagonista).
El solista Henry Carballosa, como Lorca, se suma, sin desbordamientos de sobreactuación a las impetuosas llamadas bailables –como un flirteo con la muerte-, de la primera bailarina y directora.
El conjunto se desempeña con cohesión y convicción en la entrega, que también arrancó numerosos aplausos del auditorio, en varios de los momentos climáticos, apoyados con el inteligente diseño sonoro de Fabio Corrieri y la propia Rodríguez. Las ovaciones finales apuntan hacia un buen augurio para la futura andadura de esta compañía.
La compañía
Fundada a principios del 2012, la Compañía Irene Rodríguez (anteriormente, fue primera bailarina del Ballet Español de Cuba, que dirige Eduardo Veitía), está integrada por cinco parejas de bailarines, todos con una amplia experiencia escénica y un amplio dominio de los diferentes estilos de la danza española, del ballet y de la danza contemporánea.
Esta compañía, citamos notas al programa de mano, “está enfocada en crear nuevas tendencias que hagan evolucionar el género español, fusionándolo con todo aquello que amplíe el vocabulario escénico, como las artes dramáticas, las corrientes contemporáneas de la danza, los ritmos nacionales y todo aquello que permita hacer confluir la tradición y modernidad de un género de carácter internacional y nuestra manera, muy cubana, de afrontarlo”.
Sobre el Festival
El Festival La Huella de España surgió a finales de la década del 80, de la pasada centuria, como proyecto cultural del entonces Cónsul General de España en Cuba, Señor Don Juan José Santos Aguado y de Alicia Alonso, prima ballerina assoluta y Directora general del Ballet Nacional de Cuba, quien era en ese momento igualmente directora del Gran Teatro de La Habana.
Asimismo, diversas instituciones, cubanas y españolas apoyaron la realización de este evento multidisciplinario, el cual tuvo su primera edición el 14 de febrero de 1988, en la explanada del Castillo de la Real Fuerza, una de las más antiguas fortalezas coloniales construidas en América Latina, al pie de la Bahía de La Habana, en el Centro Histórico de la ciudad, Patrimonio de la Humanidad de Unesco desde 1982.
En este festival están representadas casi todas las artes: la danza, la música, la plástica, el canto lírico, la poesía o el teatro, y cada año está dedicado a mostrar no sólo las raíces españolas presentes en la cultura cubana, sino también la vida cultural y las costumbres de las regiones y comunidades autónomas españolas.
Seis de los festivales realizados hasta la fecha, se han dedicado a las comunidades autónomas de Valencia, Andalucía, Islas Canarias, Galicia, Asturias y Cataluña, con la participación de prestigiosas agrupaciones y artistas representantes de estas regiones.
Esta edición 24 estuvo dedicada, nuevamente, a la región de Andalucía.
La programación fue asegurada esta vez con las agrupaciones artísticas nacionales, pues la crisis financiera actual que aqueja a España no permitió el envío de artistas en el número amplio de las precedentes.