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Escorpiana indiscutible, por su fervor, su pasión y su fuerza, Viengsay Valdés, primera bailarina del Ballet Nacional de Cuba (BNC) es hoy, una de las bailarinas cubanas más reconocidas en los Estados Unidos. En marzo, se presentó en Nueva York Ivan Vasiliev, del Bolshoi Ballet, en el pas de deux de “Don Quijote” en la gala “Estrellas de hoy se encuentran con las estrellas del mañana”. Y hace dos años deslumbró al público de Washington, DC, cuando debutó por primera vez como bailarina invitada del Washington Ballet, también en “Don Quijote”.
El martes 31 de mayo, la bailarina volverá con el BNC al Kennedy Center de Washington DC para presentar dos programas, “La magia de la danza” y “Don Quijote”, como parte de una gira por todo el país que realiza la compañía cubana. (Ver programa).
Viengsay, cuyo nombre significa Victoria en laosiano, país de residencia diplomática de sus padres en el año en que ella nació, comenzó a bailar a los nueve años. Desde pequeña hizo gimnasia artística, pero como le gustaba bailar, improvisaba sola en su casa. Fue su abuela quien la llevó a hacer las pruebas en la Escuela Alejo Carpentier en La Habana, y la aceptaron.
La bailarina confesó que el período de aprendizaje fue muy duro para ella. “Era algo totalmente nuevo, y tenía que soportar los dolores en el cuerpo, en los pies… Pero poco a poco fui aprendiendo los pasos”.
También supo de las limitaciones en sus juegos cuando era niña, y muchas veces dejó de patinar, de andar a caballo o en bicicleta para someterse a la dura disciplina diaria. “El ballet es algo que te absorbe por completo”, afirmó.
Danzahoy: Hoy, que eres una bailarina consagrada, considerada la estrella principal del BNC, ¿cómo definirías tu éxito?
Viengsay Valdés: Ha sido sólo mi perseverancia, mi determinación a superarme cada día, el aprendizaje constante y el apoyo de los maitres. He sabido realizarme artísticamente y nutrirme de las nuevas experiencias en escenarios internacionales.
D: ¿Qué es lo que más te gusta de esta profesión y qué es lo que menos te gusta?
VV: Lo que más disfruto es la hora de bailar, no existe el presente porque me desdoblo en mis personajes, me entrego y siento la pasión por dentro. Y quizás lo que menos me gusta, o a veces pesa un poco es tener que sacrificar mi tiempo libre, tomar un buen descanso, extrañar a mis seres queridos… Todo eso es parte de los sacrificios de esta carrera.
D: ¿Alguna vez sentiste que te habías equivocado en la forma de dirigir tu carrera?
VV: Para nada. He sabido construir lentamente pero de manera firme las bases de mi carrera.
D: ¿Qué significa para ti volver con la compañía a EE.UU. después de casi ocho años?
VV: Para mí es importante volver y estar representada por mi compañía, y dentro de ese marco poder interpretar los grandes clásicos, especialmente para una audiencia tan conocedora. El público sabe distinguir a un bailarín cubano, lo percibe en esa fuerza que caracteriza a la escuela cubana de ballet. El latino le da un sabor especial al baile: pasión, cadencia, musicalidad. Eso nos distingue.
D: Si tuvieras que definir a la compañía hoy con sus pros y sus contras, ¿cómo la definirías?
VV: La compañía actualmente es muy joven, tomará algún tiempo para que sus nóveles bailarines tengan más experiencia, vienen con fuerza y con talento. Por otra, parte la compañía mantiene el rigor y la exigencia necesarias, y el sello indiscutible de la escuela cubana de ballet.
D: ¿Cómo es para vos estar fuera de Cuba, y qué es lo que más extrañas?
VV: Estar fuera de Cuba es algo natural con lo que he sabido compartir mi vida personal y profesional. Se extraña la mar, el clima, la pareja, mis padres, y siento añoranzas por regresar a casa.
Adjunto este artículo sobre Viengsay Valdés, que es realmente la realidad de su llamado arte, es imposible que alguien conocedor de ballet pueda opinar semejantes inexactitudes, por supuesto que Anette Delgado es mucho mejor e indiscutiblemente más correcta, sin la menor duda la actual estrella del B.N.C. De Barbará García tendrían que aprender de su exquisitez y buen gusto. Sadaise es de una belleza impresionante. Es ridículo ver a Valdés en la locura de Giselle con tanto pelo postizo, por favor no nos engañemos más, fue impulsada cuando no existían otras, afortunadamente ya eso termino.
————————————————————————————————————— ¡EXAGERACIONES DANZARIAS!
EL MAL GUSTO DE VIENGSAY VALDÉS…
Por: Alfredo López Serrano.
Ahora con objetividad profesional. Hagamos referencia lo que significa el arte de Valdés, desde un punto de vista técnico y fidedigno, dentro de lo que es realmente el universo de la danza.
Toda artista normal ha de plegarse a una disciplina inicial, para metamorfosearse en un dotado instrumento, con el objetivo de fabricar belleza, es absolutamente indispensable una férrea disciplina, que constituye la regla de todo gran bailarín, ese es el principio de la perfección, solo así se adquiere la técnica, a la que cabe considerar como la gran encauzadora, una primera bailarina, está en la obligación de conocer sintaxis, la función de los pasos y su ordenación, si no quiere caer con facilidad, en debatirse en el callejón sin salida de mostrar lo mal hecho, la bailarina mal guiada puede transformarse en una criatura artificial, repleta de vicios y manierismos, con la frívola y fútil intención de solo agradar al público, el básico cimiento de la técnica es indispensable. Nadie osa discutir su imperiosa necesidad, sólo lo hará el loco e inexperto, aún así, fracasará estrepitosamente por talento que tenga si no la posee. A veces por debilidad y mimó o para complacer al público, se crea en él artista una guerra sin cuartel a la limpia danza clásica, al correcto uso de sus cinco posiciones, a sus zapatillas y puntas.
Analizando el trabajo de Valdés, su baile consiste en una monótona sucesión de tres o cuatro pasos extraordinariamente excitantes, estos tres o cuatro pasos, para hablar con toda exactitud y propiedad, son tres, con mucho gusto los expondré:
1- Equilibrios sobre las puntas (los balletómanos suelen llamarlo balance), por ejemplo; Sería interesante examinar en qué posición se encuentran las rodillas y los pies de Valdés, a la hora de valorar la permanencia encima de las puntas; tratemos de razonar que el solo objetivo es crear un efecto visual con el fin de impresionar al auditorio, si realmente la posición de la pierna y rodilla es incorrecta, de nada sirve el tiempo demorado encima de la punta en el imperfecto equilibrio, Valdés es muy proclive a ello, es lo que ordinariamente suelen llamarle los bailarines posición sucia, el ballet es un arte sublime lleno de poesía, con una precisa, tradicional, y concebida técnica, muy alejada del espectáculo circense, que si trata principalmente de alcanzar resultados atrayentes sin sólidos mensajes ni argumentos.
2- Pirouette, a mi juicio existe una enorme diferencia entre dar vueltas encima de las puntas, a realizar unos correctos pirouettes desde las posiciones adecuadas, tanto en su comienzo como en su terminación, por ejemplo; los ejecutados desde la cuarta posición con el fin de terminar en ella, con cierto grado de separación entre el pie de delante y el de atrás debiendo respetarse religiosamente su desempeño, no acudir al facilismo de dar innumerables vueltas violando las adecuadas pautas, por absoluta sumisión al fácil y barato aplauso, esto crea al conocedor la sensación de una pobreza y abrumadora monotonía técnica, como alguien aficionado que jamás ha acudido a una escuela de danza, sería objetivo observarla detenidamente en uno de sus innumerables videos, con el fin de juzgarla adecuadamente.
3- El último, tercero, y restante paso, por el cual es aclamada la Srta. Valdés, es el tan criticado y a su vez admirado fouetté, de sobra es conocido (se hace hincapié en ello, en un instructivo y didáctico artículo, publicado en “Danza Ballet”) que algunos especialistas lo subvaloran y rebajan como mérito a exaltar en una bailarina, entre ellos el célebre Arnold L. Haskell, el cual no le daba ningún valor a la que poseía la facilidad de realizarlos con destreza, al punto de detestar las coreografías que los tenían concebido dentro de ellas, exponiendo exageradamente que debía eliminarse, por supuesto no estoy de acuerdo en ello, bien ejecutados, con sentido dramático y coreográfico son muy apreciables, pero cuando se realizan de forma errática, incluyendo dobles y triples pirouette al encontrar el eje, con la simple intención de resultarle excitante al espectador , son inadmisibles, esta sería la tercera asignatura que le queda pendiente a críticos y especialistas de la prensa, relativo a la sobreestimada, sobrevalorada, y sobredimensionada Srta. Viengsay Valdés, cuando escriben sobre ella.
Estoy al tanto, que en la última temporada realizada por El Ballet Nacional de Cuba en Londres, bailando “El lago de los cisnes”, la Srta. Valdés fue duramente criticada, y comparada con un integrante de la compañía Trockadero,
Entre las peores cosas que he visto, en mi larga carrera como especialista de espectáculos de ballet por más de medio siglo, se encuentran por orden.
1-La actuación de Valdés junto a Elier Bourzac, en lo que es una lección de estilo y elegancia, el exquisito “pas de deux Classique”, carente en esa ocasión de todo lo que lleva semejante obra, error grave, casi herético, el creer que podían bailar semejante caballo de batalla, con exigencias académicas y requerimientos ineludibles de distinción, que estuvieron ausentes por completo.
2-Lo segundo, Valdés y Romel Frómeta en el pas de deux “Festival de las Flores en Genzano”. En esa ocasión en La Habana, escuché comentar a una de las gloriosas cuatro joyas que se encontraba presente, que era lo más pavoroso que había presenciado en su vida.
3-Para concluir dejó la Taglioni, ya lo dijo Josefina Méndez, otra célebre gema, en una entrevista que le hicieron para la televisión cubana, sobre el montaje del personaje del cual era reina absoluta. Ella expresó categóricamente: Que le costaba mucho más trabajo ensayarla, que a las demás integrantes del nuevo Grand pas de quatre, este dictamen emitido por semejante maître, no merece ni el más mínimo comentario, (solo observarla danzar con detenimiento)
Si reflexionamos, valorando estos elementos, su baile está caracterizado por la ausencia de buen gusto, recurrentemente encaminado hacia manidos trucos dancísticos y torpes timos, con la sola intención de conquistar aplausos.
La Valdés es una bailarina de una técnica perfecta. Creo que para todos es incuestionable. Y vamos a dejar a un lado las filiaciones políticas que no ayudan en nada a la emisión de un criterio verdaderamente objetivo sobre su arte. Es cierto que en el ballet cubano actual existen excelentes bailarinas de magnífica técnica: Annette , Bárbara , Yanela Piñera que es una muy prometedora figura, sin embargo el temperamento técnico-artístico de La Valdés es inigualable. En conclusión el Ballet Nacional de Cuba es una compañía de talla mundial con una sólida y prestigiosa escuela de ballet lo cual viene a ser ratificado por Viengsay, Bárbara, Annette y las nuevas figuras que surgen.
!Viva la democracia! Creo que la señora Angelina está equivocada, Barbara es una excelente bailarina, y Anette Delgado acaba de realizar el mejor Don Quijote de la turné por los Estados Unidos, bailó genial, perfecta, y tuve la oportunidad de verlos todos, o sea los cinco que se presentaron, aunque sinceramente todas estuvieron correctas, en cuanto a la opinión de que Sadaise no debía tener la categoria de primera bailarina es muy injusto, lo es por calidad y derecho propio, Lo que dice sobre los cubanos que trabajan en la institución, no los conozco, así que no pueso emitir criterio.
Que pena Angelina, que no viste bailar en el Kennedy Center a Barbara, y sobre todo a Anette quien hizo el mejor Don Quijote de toda la turné, si quieres te lo envío por correo para que puedas comprobarlo. Tampoco eres justa con Sadaise, que te guste o no es otra cosa, pero de que es una primera bailarina no existe la menor duda. No conozco a esos personajes de quien hablas, por lo tanto no puedo opinar.
Discrepo con los tres comentarios. Gueler habla enmarcando el BALLET NACIONAL DE CUBA: OJO, NO EL BALLET CUBANO. Actualmente Viengsay es la bailarina estrella del BNC. Quiza si aun estuvieran Lorna, Xiomara, dubitaria. Pero, francamente, no hay una primera bailarina que la iguale. Ni Anette, ni Barbara, muchos menos Sadaise, quien nunca debio ser promovida de categoria. Lo que si sucede con Viengsay, lamentablemente, es que ha sido blanco de los resentimientos, frustraciones, envidias de la claque pestilente del ballet. Desde balletomanos hasta miembros de la compania (Mauricio Abreu, la Llorente…) y del museo de la danza (en minuscula): digase Pedro Simon, Ahmed Pineiro, José Ramón Neyra. Viengsay no es querida en la institucion ballet. Todos los sabemos. Es una pena que, durante su carrera en activo, el contexto no la sepa valorar. Cuba es un pais de envidiosos. De Espana adquirio el gen. Nacho Duato, Viengsay: el grave error se repite.
Pero esa señora esta enajenada, de donde ha sacado que Viengsay Valdés es la máxima estrella del ballet cubano, parece que ella no asiste al teatro para verla bailar, es ciega o no conoce a las demás. Bueno es que la entreviste, tiene derecho a hacerlo, pero no que opine que es la mejor, algo que categóricamente no es cierto.
Obviamente Maritza Gueler conoce muy poco sobre el ballet cubano, lástima que se deje impresionar por falsas castañuelas políticas cono es el caso de Viengsay Valdés.
Valdés es la bailarina más incorrecta que he visto en mi vida, está extraordinariamente sobresaturada por las publicaciones cubanas que tratan de imponerla todo el tiempo, verla danzar es un pecado para los conocedores de ballet, para comprobar esto observen a otras primeras figuras de El Ballet Nacional de Cuba que son indudablemente muy superiores tecnica y artisticamente, por desgracia son otros los motivos que conllevan a su reconocimiento, muy lejanos del autentico arte del ballet.