Carlos Acosta, en "Agón", reconocido con el mayor premio de Cuba. Foto: Bill Cooper. Archivo Danzahoy.
Al estelar bailarín y coreógrafo cubano Carlos Acosta le fue otorgado el Premio Nacional de la Danza correspondiente 2011, convirtiéndose así en el artista más joven de las artes escénicas de la mayor de las Antillas –nacido en La Habana en 1973–, que recibe el máximo reconocimiento a su fecunda trayectoria internacional, como “genuino representante de la escuela cubana de ballet” , dentro del sistema de enseñanza del ballet establecido después de la llegada al poder, en 1959, del gobierno revolucionario que desplazó a una larga dictadura.
Acosta es uno de los bailarines más admirado por sus compatriotas y el más laureado local e internacionalmente, desde su condición de profesional al ingresar, en 1991, en el cuerpo de baile del Ballet Nacional de Cuba, para ulteriormente desarrollar una deslumbrante y ascendente carrera. Ha integrado las filas de importantes agrupaciones europeas y norteamericanas, como el Ballet del Teatro Nuovo de Turín, del English National Ballet y del Houston Ballet, hasta llegar a la cúspide de los rangos principales del Royal Ballet de Londres, donde posee el título de “principal guest artist”, y ha sido invitado a bailar en múltiples eventos del neoyorkino American Ballet Theater, del Ballet Kirov del Teatro Mariinsky de San Petersburgo y el Bolshoi Ballet de Moscú.
El jurado, convocado por el ministerio cubano de cultura, estaba integrado por dos precedentes premios nacionales de danza, los coreógrafos Iván Tenorio (como presidente), Cristy Domínguez, Lizt Alfonso, Sandra Ramy, la profesora Rosa María Olivares, el diseñador Luis Lacosta y la investigadora y crítica Marilyn Garbey, tras analizar cada uno de los nominados, todos con una experiencia y méritos sobrados: los directores de compañías Miguel Iglesias, Isabel Bustos y Ernesto Armiñán, los destacados intérpretes Clara Luz Rodríguez, Silvina Fabars, Perla Rodríguez y José Manuel Carreño, votaron por unanimidad a favor del versátil y excepcional artista Carlos Acosta (presente en la capital cubana para festejar el cumpleaños de su anciano padre, como es su costumbre anualmente).
En un breve encuentro con los representante de los medios de comunicación, el laureado –recién llegado a la isla después de concluir varias representaciones de “El lago de los cisnes” en el Covent Garden con el Royal Ballet– confesó su sorpresa y emoción ante el anuncio de este reconocimiento nacional, a su desempeño artístico y como desinteresado promotor de los nuevos valores de la danza de su país natal. Sorpresa, añadió, porque entre los nominados había figuras que lo merecían tanto o más que él.
Aprovechó para lanzar un llamado a la unión de todos los miembros del gremio de la danza cubana, dejando de un lado “los individualismos y el ego, para trabajar en pro del lustre de lo nuestro, sin descuidar el enriquecimiento de lo foráneo, y evita la degradación de la calidad y estilo propio, al tiempo que preservamos la gran labor de nuestros antecesores”, dijo. Agradeció, pues, lo entregado por sus abuelos, padres, profesores, como Fernando Alonso y Ramona de Sáa.
“Este galardón proveniente de los de ‘mi casa’” –apuntó Acosta–, me da fuerzas para seguir allende los mares a favor de mi país, porque Cuba, y me lo dicen distinguidas personalidades extranjeras, es una inagotable cantera de artistas”.
Acosta con miras al futuro
El bailarín regresó rápidamente a Londres, donde le esperan los roles protagonistas de la producciones del Royal de los ballets “Manon” y “Romeo y Julieta”, así como su participación en una Gala de Estrellas del ballet en Siberia. Durante el verano, realizará una gira con un espectáculo conformado con coreografías contemporáneas, que incluye una del joven bailarín de Danza Contemporánea de Cuba, Ruben Altunaga. Prometió su retorno en diciembre, para concluir su gira por las provincias cubanas, con el mismo programa “Carlos Acosta y sus invitados”, que le valió el importante Premio Villanueva 2011, que concede la Sección de Crítica e Investigación Teatral de la Asociación de Artistas Escénicos a la mejor puesta en escena del año 2010.
En¿Al trapasar el umbral de tus 40, cuál será la transición para Carlos Acosta? La coreografía o la docencia con una academia propia?
Lo primero no lo creo, lo segundo me satisface, pero no es exactamente lo que Ud me pregunta, me replicó. Vivo aceleradamente, pues creo que no me alcanzará el tiempo real para lograr lo que me apremia como prioridad: alguna obra de gran valor artístico y humano que trascienda de por vida, y sea útil a las generaciones que me sucedan, dijo antes de partir a cumplir con su cargada agenda diaria, sin olvidar un hermoso ramo de rosas multicolores que le entregó la coreógrafa Lizt Alfonso.
Su libro autobiográfico, “No Way Home”, ha sido traducido ya al español por una editorial local, pero se desconoce cuándo saldrá a la venta en las librerías de su natal Cuba, en cambio desveló que trabaja con una joven realizadora inglesa, quien, después de leerlo en su versión original, “se ha entusiasmado mucho para llevarlo al cine”.
