Dancing with the Stars

Lorena Feijoo y José Manuel Carreño en Dancing with the Stars, en el canal ABC. Foto:ABC/Adam Taylor

“Del lobo al menos un pelo”, dice un antiguo adagio. Es por eso que la breve incursión en la T.V. estadounidense de tres bailarines clásicos en el programa “Dancing with the Stars” del martes 12 de abril, aunque no colmara los deseos de los balletómanos de ver una programación completa dedicada a buena danza académica, sirvió al menos, de agradable aperitivo. “Dancing with the Stars” es televisado en a nivel nacional en los Estados Unidos, a través de la cadena ABC dos veces por semana, eliminando cada semana a un concursante en el segundo día. En esta vuelta (la No. 12) se han presentado once.

La popularidad de la cinta fílmica “Black Swan” (Cisne Negro), no podía ser ignorada, y sirvió en este caso para tomar de “El Lago de los Cisnes” –la obra más popular de danza clásica del repertorio universal–, un corto fragmento de la hermosa partitura original de Tchaikowsky, del último acto, mezclando en la coreografía a Odette, la princesa-cisne ataviada en blanco, con la malvada Odile, el aplaudido cisne negro (más famoso aún por la reciente versión cinematográfica de Aronofsky, con Natalie Portman en el rol titular), y el príncipe Sigfrido moviéndose entre las dos.

Tom Bergeron y Brooke Burke, maestros de ceremonia del programa, prestaron muy poca atención a los tres bailarines, figuras principales todos de distintas compañías de ballet estadounidense, que aparecerían patrocinados por “Macy´s Stars of Dance”. Son ellos Lorna Feijóo, del Ballet de Boston, interpretando a Odette, la princesa-cisne en blanco; Lorena Feijóo, del Ballet de San Francisco, fue Odile, el Cisne Negro, y José Manuel Carreño, del American Ballet Theatre (ABT), como Príncipe Sigfrido. Tampoco  se dio a conocer el nombre del arreglista de la coreografía, que incluía un pequeño coro de ocho bailarinas en albos tutús… Una falta lamentable. El público presente, esta vez, por suerte, no chilló repetidamente durante los escasos diez minutos que dura la pieza. Como suele hacer en dicho programa. ¿Desconocimiento de causa, o preferencia por otro tipo de espectáculo?

Lo más destacado del trío de bailarines en cuestión, es que los integrantes son todos cubanos y primeras figuras. Lorna, como Odette, el cisne blanco, no tuvo mucho que hacer, y como consecuencia, la cámara la enfocó en contadas ocasiones. Su hermana Lorena, como el Cisne Negro, tuvo más coreografía y drama a su favor, intercalando unos cuantos “split jetés” cuando estaba en alto, en brazos de Carreño.

Carreño, ya próximo a su retiro (anunciado por el ABt para el 20 de junio), tampoco hizo mucho. Su actuación se limitóa a cargar a ambos cisnes, y hacer unos cuantos límpidos “grand  pirouettes” que, no obstante, no parecieron llamar la atención del público. Por qué estos aplaudidos bailarines se prestaron a esta parodia, asombra. Creo que la contestación se esconde (no muy ocultamente) en los “$$$$$”.

La presencia de la vocalista Jennifer Hudson en el programa, ganó innumerables aplausos, con los consabidos estentóreos chillidos del público. No hay nada nuevo bajo el sol en esto, pero suspiro con más urgencia por el antiguo programa “Dance in America”, parte de Great Performances, que en la década de los años 70, 80 y parte de los 90, deleitaba a los amantes del divino arte de la musa Terpsícore, visto a través de la cadena PBS. Hoy día hay demasiada vulgaridad en la “tele”… una realidad muy triste de aceptar.

Para suerte de los que aman el ballet, ya se aproximan las temporadas primaverales de danza en el Lincoln Center del New York City Ballet (NYCB) y el ABT. Precisamente en la Gala con que abrirá su serie el ABT,  comenzarán los festejos celebrando la carrera de Carreño en su retiro, presentando en el programa (que incluye otros bailables por distintos miembros de la compañía), el ballet “Majísimo”, original del coreógrafo cubano Jorge García, quien junto a otros nueve bailarines, se exilió en París en 1966, causando la primera gran crisis política de la dictadura cubana. En esta obra actuarán siete bailarines cubanos: las hermanas Feijóo, y Carreño, además de Xiomara Reyes, Taras Domitro, Joan Boada y Nelsonj Madrigal, junto a la bailarina argentina Paloma Herrera. Un programa capaz de “hacer la boca agua” a los balletómanos neoyorquinos.