Mu-Danza

En busca de la poesía perdida

El grupo dirigido por Bárbara Ferrario y Gustavo Gadea celebró sus 15 años en la sala Zabala Muñiz del Teatro Solís con “Bonitas”. Un espectáculo en el que homenajean a seis reconocidas poetas uruguayas. La música es también de compositores del país.

Deja un comentario Por () | 26/04/2011

Mu-Danza utiliza recursos audiovisuales en su obra "Bonitas", presentada en el Teatro Solís. Foto gentileza Mu-Danza.

El grupo MU-DANZA, celebrando sus 15 años de actividad, presentó en la sala Zabala Muñiz del Teatro Solís el espectáculo “Bonitas”. En él homenajean a seis reconocidas poetas uruguayas, al tiempo que, también compositores uruguayos adhirieron al festejo. Bárbara Ferrario y Gustavo Gadea, fundadores del grupo, tuvieron a su cargo la coreografía e interpretación de la obra representada entre el 15 y el 23 de abril.

No es común, que dos respetados artistas de la danza contemporánea local, hurguen en la poesía nacional con el propósito de rendir tributo “a todas las mujeres que de una forma u otra dicen lo que sienten, y poco a poco logran hacer de éste un mundo mejor para ellas y para todos”.

Tampoco es corriente escuchar las voces de Juana de Ibarburú, Idea Vilariño, María Eugenia Vaz Ferreira, Amanda Berenguer, Marosa Di Giorgio o Nancy Bacelo vocalizando sus poemas que, afortunadamente, permanecen registrados como valioso testimonio del, cada vez más incierto, pasado cultural.

Ese rosario de poemas al que se asociaron, en versiones grabadas, músicos uruguayos como: Eduardo Fabini, César Cortinas, Leo Masliah, José Perri Sapere, Eduardo Labarnois, Estela Magnone, Rossana Taddei, la violinista Cecilia Penadés y la pianista Carmen Mariño, fue devotamente organizado por Bárbara Ferrario y Gustavo Gadea. Los coreógrafos, partiendo de una singular estructura, conjugaron solos, dúos, voces, composiciones musicales o la proyección de un audiovisual para construir ese espectáculo tan esencialmente uruguayo, como austero.

En la coreografía de Ferrario y Gadea hay atisbos de técnicas varias que, no obstante, confluyen en lenguaje personal. Lenguaje que llevado a la danza por ellos mismos como intérpretes, llenó el espacio con dos cuerpos ágiles entregados al placer de bailar. Sus danzas juegan con matices sutiles en extremo, oscilando en tonalidades neutras, sin llegar al estallido del color que, usado con mesura, enriquecería aún más el discurso coreográfico y danzado.

Dos hileras de naranjas limitaban el escenario; Juana de Ibarburú  aludió a ellas en el verso. También se las vio rodando, danzando sobre el agua, por patios y escaleras en el audiovisual de Guillermo Rodríguez; otro vínculo que la poesía convocaba antes de llegar el final inesperado.

Sobre las últimas notas de una melodía de César Cortinas se escucharon, llegando del Parnaso, los cánticos de un extraño coro que enlazaba, en perfecta polifonía, las voces de Juana, María Eugenia, Amanda, Marosa, Idea y Nancy entonando palabras aisladas de poemas que habían recitado.

Emotivo final ideado por Ferrario-Gadea para cerrar la obra con la que festejan los primeros 15 años de MU-DANZA, el grupo de danza contemporánea creado por ellos. Vaya nuestra enhorabuena por otros tantos años de fecundo trabajo.

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