Tennessee Williams, nació en Columbus, Mississippi, el 26 de marzo de 1911, hace exactamente 100 años. El sur natal y la ciudad de New Orleans le proporcionan el escenario de “Un tranvía llamado deseo”, como así también, el enfrentamiento de dos culturas. Blanche DuBois y Stanley Kowalski, protagonistas de la obra, son los representantes de esa dicotomía.
Blanche, de apariencia frágil, en el final de su juventud, con pasado turbio pero latente, como su alcoholismo, pertenece a una familia respetuosa de los valores tradicionales. Es parte de un sector de la sociedad educado, culto y aristocrático que se acerca, inevitablemente, a la desaparición. Por su parte, Stanley, hijo de inmigrantes polacos, orgulloso de haber nacido en los Estados Unidos, representa al proletariado: la sangre nueva que desprecia la arrogancia, las falsas apariencias y las reglas del orden. Su comportamiento responde al prototipo del hombre rudo, violento e irracional.
Stella, la hermana de Blanche, y Stanley se han casado, y viven en una modesta vivienda. Blanche, llega a casa de su hermana -… me dijeron que tomara un tranvía llamado Deseo, que trasbordara a otro llamado Cementerio y que viajara seis cuadras y bajase en los Campos Elíseos -. Belle Rêve, la mansión familiar en la ciudad de Laurel donde ambas nacieron y crecieron; se ha perdido por la mala administración de sus antepasados. Blanche, que es maestra y enseña literatura inglesa, insinúa que su superior le ha aconsejado unas vacaciones para calmar los nervios; cuando en realidad fue despedida por tener una aventura sexual con un estudiante, menor de 17 años.
Ese hecho, sumado a otros encuentros sexuales con viajeros del hotel Los Brazos de la Tarántula y con soldados del regimiento que acampaba en las cercanías de Belle Rêve, destruyó su reputación y fue obligada a dejar la ciudad. –… los duros golpes que ha sufrido mi vanidad-. Aunque los primeros síntomas que confundieron su mente, comenzaron cuando contrajo matrimonio con Allan. Blanche sorprendió a su esposo en aventura homosexual con un hombre mayor -… !Lo sé! ¡Lo he visto! ¡Me das asco! -. Suceso que provocó el suicidio de Allan.
El desequilibrio emocional de Blanche, sumado a los pretendidos principios morales a los que se aferra, interfieren constantemente en la vida de Stella y Stanley. Vestidos vaporosos y movimientos lánguidos, asemejan a Blanche a una mariposa nocturna huyendo de la luz. Es un ser desvalido, necesitado de comprensión; la encuentra en Mitch, amigo de Stanley, un tipo bonachón y sentimental que, atraído por la femineidad y fragilidad de Blanche, le propone matrimonio. Stanley, por su parte, descubre el pasado de su cuñada a través de un compañero de trabajo y se lo advierte a Mitch, que rompe el compromiso. A pesar de interferir en los valores de ambos, existe una encubierta atracción entre Blanche y Stanley que desemboca en la inevitable y brutal violación por parte de Stanley. –… tenemos esta cita desde que nos conocimos-. Ese aberrante episodio desemboca en el estallido demencial de Blanche, y su internación en una institución mental.
Los hechos narrados en “Un tranvía llamado deseo”, se refieren a temas y conceptos prohibidos por la sociedad de aquel entonces, por lo cual, la censura obligó a eliminar escenas y modificar el argumento. La obra se estrenó en Broadway en 1947 con dirección de Elia Kazan, que también dirigió el filme de 1951 protagonizado por Vivien Leigh, ganadora del Oscar por ese trabajo, y Marlon Brando, revelándose como joven y talentoso actor. Nuevamente la censura exigió tijeretazos; descartó cualquier referencia a la homosexualidad de Allan, que pasó a ser un chico débil, inseguro y aficionado a la poesía y, desdibujó también la violación de Blanche a manos de su cuñado. Hostigado por la censura, Elía Kazan fue citado a declarar ante el comité de Actividades anti Norteamericanas que presidía el ultra reaccionario senador Joseph Raymond “Joe” McCarthy.