Paloma Herrera

Paloma Herrera,en DC, baila con el ABT y presenta un DVD sobre su vida en la Embajada Argentina. Foto: S. Turienzo. Gentileza FHProducciones.

“Siempre pertenecí al American Ballet Theatre (ABT), y estoy fascinada con eso”, afirma la bailarina argentina Paloma Herrera. Fue la compañía con la que siempre soñó desde niña, y a la que logró llegar cuando apenas tenía 15 años.

Desde el 18 hasta el 23 de enero la bailarina se presentará junto a la compañía en el Kennedy Center de DC, y el miércoles 19, en la Embajada Argentina de Washington formará parte de un coloquio con el público, luego de la proyección del documental sobre su vida, “Paloma Herrera Aquí y ahora”, producido y dirigido por el fotógrafo argentino Jorge Fama.

En el Kennedy Center, Herrera bailará un ballet de Alexei Ratmansky, coreógrafo residente de la compañía, y también parte del primer programa mixto que comienza el martes 18 y que estará dedicado en homenaje al 50 aniversario de la toma de mando del presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy.

Hace 20 años Herrera llegó al Metropolitan Opera House de Nueva York a hacer una audición para el ABT. Ya tenía las maletas hechas para volverse a Buenos Aires al día siguiente, luego de haber terminado su beca en la School of American Ballet. En ese momento vivía en una residencia de monjas. Y su hermana le decía: “¡Qué haces en ese convento, con esas camas que parecen de hospital!, pero ella estaba feliz de hacer lo que realmente quería.

Cuando entró al teatro, todo era extraño para ella. Pero los asistentes la guiaron por los corredores de los innumerables subsuelos del teatro hasta que dio con el lugar donde daban la clase. Le pusieron un número, y cuando terminó, la dejaron esperando. “Cuando me dijeron que tenían contrato, no lo podía creer, y firmé sin pensar”, lo cuenta y lo vuelve a contar cada vez que le preguntan cómo llegó a la compañía, una de las más importantes del mundo.

A partir de ese contrato dejó de ser estudiante para convertirse en profesional. “Ese fogueo de estar en el escenario todo el tiempo, conocer todos los ballets es una experiencia que no te la da ninguna otra cosa. Uno puede pasarse haciendo barra toda la vida, pero si no estás en el escenario, no es lo mismo”, dice.

Herrera se considera una privilegiada porque pudo pasar por todas las categorías de la compañía. Entró como cuerpo de baile a los 15, después fue solista y luego, a los 19 la ascendieron a principal y fue la más joven en llegar a esa categoría. Muchos le dijeron que era muy riesgoso estar en una compañía tan importante siendo tan joven. Varios osaron decirle que estaba loca, que se iba a perder, que no iba a funcionar. Sin embargo, asegura que fue lo mejor que le pudo haber pasado.

Hoy, comenta que está en una etapa en la que siente un placer cada vez mayor en las funciones, pero al mismo tiempo también disfruta de las clases. “Muchos detestan las clases porque es lo mismo que vienen haciendo desde los primeros años, pero para mí, las clases son la mejor forma para concentrarme, de estar en mi burbuja y de mejorar cada día. Nunca hay límites. De esa forma, se puede salir al escenario sin preocuparse por la técnica”.

Con un pie en Buenos Aires y otro en Nueva York, la bailarina se niega a ser la típica argentina que vive afuera y sueña con el dulce de leche y el mate, y luego, cuando llega a la Argentina critica todo. “En definitiva esa gente, no está bien en ningún lugar”.

En más de una oportunidad Paloma Herrera ha confesado sentirse afortunada por haber tenido la oportunidad de hacer lo que más ama en la vida y por estar rodeada de su gente querida. “Uno no es uno porque sí, uno es lo que es gracias a los padres, a la familia, a los maestros, a los amigos, a las oportunidades y a la suerte que uno tiene”, afirma.

En el Kennedy Center

Opera House

Programa

Repertorio mixto

Del 18 al 20 de enero

“Theme and Variations” (Balanchine/Tchaikovsky)

“Jardin aux Lilas” (Tudor/Chausson)

“Duo Concertant” (Balanchine/Stravinsky)

“Fancy Free” (Robbins/Bernstein)

Del 21 al 23

“The Bright Stream” (Ratmansky/Shostakovich)