Premio Apes 2005, “Noche Bach” es una de las principales coreografías de Gigi Caciuleanu montadas por el Ballet Nacional Chileno, EL BANCH. Su estreno mundial se realizó con gran éxito ese año con motivo del 60º Aniversario de la principal compañía de danza contemporánea del país. Hoy vuelve al escenario, refrescada por Caciuleanu, con un nuevo vestuario, y una alta cuota de sensualidad.
Basada en los Conciertos Brandemburgueses Nº 5 y Nº 3 y Motete BWV 227 Jesu, meine freude del compositor alemán Johann Sebastian Bach la obra estará en cartelera los días 9, 10, 11, 16, 17, 18 y 23 de diciembre, a las 19:30 horas, en el Teatro Universidad de Chile.
Caciuleanu afirmó que percibe la música de Bach como una matemática sensual, un arte absoluto, universal e intemporal, una sensualidad matemática encantada y anclada en lo más profundo de los parámetros del ser humano.
La coreografía de Caciuleanu desarrolló la idea de un engranaje donde los bailarines y sus movimientos son ensambles de carne y hueso, vibrantes de energía y emoción. “La vida es un combate eléctrico entre fuerzas opuestas, entre peso e ingravidez, entre negativo y positivo, entre inercia y movimiento. La coreografía, a imagen del teatro de nuestras existencias, es un engranaje de cuerpos, un conjunto de personalidades, un mecanismo donde los bailarines representan los engranajes a la vez abstractos y creativos”, manifestó.
Conciertos y Cántico
El director artístico y destacado coreógrafo de EL BANCH explicó que la obra se divide en dos partes: la primera, “Conciertos”, expresada coreográficamente como un engranaje de cuerpos, un conjunto de personalidades, un mecanismo del cual los bailarines son los elementos conscientes y creativos. “Si imaginamos la coreografía como si fuera el interior de un reloj, los bailarines serían los piñones… Con movimientos imaginados como series de números a la vez precisos y poéticos. Regidos, como lo es a menudo, por la misma música, por la rigurosa y equilibrada cifra ‘ocho’…”, apuntó.
La segunda es “Cántico”, donde la danza, como el canto, es una prolongación natural del cuerpo humano, un coro de bailarines. “La danza de las voces y el canto de los cuerpos, impulsos y energía, en una comunión orgánica, ambos concentrados en un solo pensamiento, dedicado a la vida con sus múltiples facetas. Tanto carnal, como manifestación social. En una pieza de teatro coreográfico y espiritual. Un cántico bailado, inspirado por el omnipresente Ser Supremo, el único capaz de conectar lo que es celosamente (estrictamente) personal con el infinito universal, lo objetivo con lo subjetivo, lo astral con lo biológico”, expresó Caciuleanu.
En la primera parte “Conciertos” participan los bailarines Carola Alvear, Kana Nakao, César Sepúlveda, Vivian Romo, Alex Gauna, Carolina Bravo, Natalia Schonffeldt, Paola Moret, Jorge Carreño, Juan Alberto Pérez, Josselyn Morrison, Gonzalo Venegas, Mauricio Cáceres, Cristián Contreras y Luis Baeza en solos, duetos, tercetos, cuartetos y quintetos y en la segunda parte “Cántico” , toda la compañía.