Se trata de un espectáculo que resume las búsquedas de una española que se dice fue formada como bailarina, quien comenzó siguiendo los postulados de lo que se denominó la nouvelle danse francesa que arribó a España a principios de los años ’80. Ella integra hoy la Perfomance, que a su vez es una tendencia derivada del Teatro Danza. Ciertamente, tales estéticas coinciden en la falta de movimiento. Ejemplos tempranos de tales tendencias fueron los exponentes del posmodernismo norteamericano (los coreógrafos Trischa Brown, David Parsons, Lucinda Childs entre otros) o aquella obra de quien fue un importante cultor de la Danza Contemporánea norteamericana: Paul Taylor: “Duet” en 1957. Aquello se constituyó en toda una novedad, anunciada la obra con una “no” partitura de John Cage de 4 minutos y 33 segundos que no era jamás interpretada y Taylor en el escenario como aguardando –sin moverse- lo que jamás se escucharía. Consecuente con lo que observó, el crítico Louis Horst les dedicó una crítica en blanco. En el ambiente se generó la pregunta siguiente: ¿Dónde empieza y acaba la Danza?…
Y eso era el resultado de la “investigación”… En cuanto a La Ribot ha venido a Buenos Aires para estas actuaciones en el Centro de la Cooperación y para tomar parte en la IV Jornadas de Investigación con intervención del I.U.N.A. Tanto ella como las dos actuantes francesas aparecen sentadas a un escritorio sobre el cual hay numerosos papeles en castellano que alternadamente leen en alta voz demostrando pésima pronunciación, lo que evidentemente causa la risa de gran parte del público. Sus escasos movimientos son efectuados en su totalidad en ralenti, lo que densifica la acción. Hay también música diversa que incluye el ritmo del mambo, y también otra cuya diafanidad crea atmósfera de paz, pero también un terrible golpe que se reitera tres veces desplomando a una de las actuantes francesas. Y algunas juiciosas expresiones dirigidas al público, como: “¡Ánimo, mañana será mejor!… Otra intervención de las actuantes se realiza en alemán, luego otra toca espantosamente un instrumento de viento, hay un espeluznante grito y las risas consiguientes, que se reiteran cuando la más joven de aquéllas lee: “Boryes es un gran escritor y un gran masturbador (que sería Borges de no mediar la pronunciación francesa aparentemente segura referencia al escritor argentino).” La actuación fue precedida del film homónimo en colores, donde numerosas tomas caracterizadas por temblequeo quizá buscados por La Ribot.