La familia de Gerardo Viana ha comunicado la muerte del coreógrafo, bailarín y maestro, a consecuencia de un cáncer, ocurrida el 26 de junio, en la capital del País Vasco, Vitoria.
Nacido el 15 de octubre de 1925 en el barrio Nocedal de la localidad vizcaína de Ortuella, Gerardo Viana Foncea fue uno de los niños de la guerra exiliado en la antigua Unión Soviética. En la URSS, conocido como Vladimiro, Viana fue bailarín, coreógrafo y maestro de Ballet. En 1957, regresó a Bilbao, donde fundó el Ballet de la ABAO, aunque pronto retornó a la URSS. Logró su mayor éxito como coreógrafo con la obra “Miniaturas españolas” (1967), con la que cosechó un gran éxito por todas las repúblicas de la antigua Unión Soviética.
Establecido en Vitoria-Gasteiz desde 1992, en su última etapa en su patria, obtuvo la Medalla de las Bellas Artes de España (1994) con distintivo de plata, distinción que se unió a su reconocimiento como Maestro Emérito de Rusia. En los últimos años, recibió varios homenajes como el tributado por la Asociación Bilbao Ballet Elkartea (ABBE) con motivo de la celebración del Día Internacional de la Danza (Hotel Carlton, Bilbao, 27 Abril 2007) o el nombramiento como Amigo de Honor de la Casa de la Danza de Logroño (Ayuntamiento de Logroño, 27 Abril 2008). Las memorias de tan vasta y rica vida quedan recogidas en el libro “¡De Carranza a Siberia y más allá…!” (2007), editado por el Ayuntamiento del Valle de Carranza, localidad en la que se crió el joven Viana, antes de convertirse en un niño de la guerra.
Biografía de Gerardo Viana Foncea (1925-2013)
Exiliado en la antigua Unión Soviética, Viana tuvo una apasionante vida digna de más de un guión cinematográfico. En la URSS, fue profesor de niños huérfanos, bailarín, coreógrafo y maestro de ballet. Bailó en el Teatro de Música y Comedia de Tula (1944) e incluso en el frente, donde le hirieron.
En 1957, volvió a España, buscando un futuro, estableciéndose en Bilbao, durante año y medio. De vuelta a la URSS, Vladimiro Viana, como era conocido, prosiguió con sus estudios, finalizando dos carreras universitarias, una la de coros y otra la de coreógrafo de ballet.
Tiempo de grandes logros y muchísimo trabajo como coreógrafo y profesor de danza y ballet. El infatigable maestro recorrió media federación soviética, desarrollando ambas facetas. Perteneció a la primera promoción y fue el único que montó un ballet en el Teatro Kirov. Desde su estreno en 1967, “Miniaturas españolas” obtuvo el apoyo del público. Por ello, el creador vasco recibió invitaciones de muchos teatros de la extinta URSS. En 1972, el Teatro Estatal de la Ópera y Ballet de Pierm, en los Urales, fue el segundo lugar en mostrar esta obra coreográfica. Luego vinieron Svierdlovsk (Ekaterimburgo, 1973), Novosibirsk (Siberia, 1974), Gorki (Nizniy Novgorod, 1974), Cheliabinsk (1975), Bashkiria (Ufá, 1975), en Jarkov (Ucrania, 1976) Uzbekistán (1976), donde también cosechó noches de gloria.
Finalizando los 70, un accidente de tráfico dejó postrado en una silla de ruedas al coreógrafo vizcaíno. Su compañía actuaba en Turkmenia y el coche en el que viajaba se volcó. Tras un año inmovilizado, Viana se tuvo que resignar a montar su última coreografía desde su silla de ruedas. Fue la época de “Gernika”, y para ello contó con la inestimable ayuda de su hijo Sergio, en la actualidad profesor de danzas de carácter en el Conservatorio de Vitoria-Gasteiz.
El Teatro Nacional de la Ópera de Riga (Letonia) acogió el estreno del ballet el 22 de Agosto de 1990. La obra estaba dividida en tres partes: Ave María, Dolor y Vivir, e incluía personajes mitológicos vascos como el patriarca Aitor, la reina de los genios Andra Mari, su hijo Mikelas, su esposa la bruja Sorgin, entre otros.
Difundir la cultura española en la Unión Soviética le valió la Medalla de las Bellas Artes de España (1994). No ha sido la única distinción del coreógrafo vasco. Debido a su labor como profesor, fue nombrado Maestro Emérito de Rusia. En 1986, se publicó en la Unión Soviética la primera enciclopedia de ballet clásico. El maestro Viana aparecía citado en unas cuarenta ocasiones. Sin duda, escrita en letras de oro, su paternidad de “Miniaturas españolas” le reportó las mayores alegrías de su carrera como coreógrafo.
Entre los últimos reconocimientos que recibió, Gerardo Viana fue homenajeado por la Asociación Bilbao Ballet Elkartea (ABBE), en la cena de celebración del Día Internacional de la Danza (Hotel Carlton, Bilbao, 27 Abril 2007). Poco después, en colaboración con el Ayuntamiento del Valle de Carranza, publicó el libro “¡De Carranza a Siberia y más allá…!” (Junio 2007). La Casa de la Danza de Logroño nombró ‘Amigo de Honor’ a Gerardo Viana, en un homenaje que tuvo lugar en la capital riojana, el 27 Abril 2008. Descanse en paz, Gerardo Viana Foncea.